El chollo del Parlamento europeo
Andan estos días nuestros políticos inquietos y revueltos, trisando cual andorinas en primavera, anunciando a los cuatro vientos, con sus consabidos discursos, cansinos y habitualmente vacuos, amén del atiborramiento de los buzones de correos de las comunidades de vecinos, la importante labor que piensan desarrollar en el Parlamento europeo y los pingües beneficios que de ella se van a derivar para los ciudadanos de nuestro país, pidiendo incansablemente el voto, cada uno para su formación, resaltando las bondades de unos en contraposición con los males que nos pueden aquejar si se nos ocurre depositar el voto a favor del contrario.
Lo que no dicen es que, en realidad, aunque nuestra presencia y participación en Europa es imprescindible e importante, la cuota de escaños que nos corresponde a España, entre los 751 (750 eurodiputados + 1 presidente) que se elegirán dentro de los 28 estados miembros, es de 54, o, lo que es lo mismo, poco más del 7% de la Cámara; ésa será nuestra verdadera fuerza. Lo auténticamente importante será la labor que se pueda desarrollar dentro del grupo político donde cada partido quede integrado, que en la VII Legislatura (2009-2014) ha estado dominada por el Partido Popular Europeo, con un total de 265 escaños (el 36%), mientras que el segundo, el formado por la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, ha contado con 184 escaños (el 25%).
Otra cosa que, por razones obvias, omiten es la escasa actividad que vienen desarrollando nuestros eurodiputados, en contraposición con los fabulosos ingresos que perciben por esa labor sinecura. Si tomamos como medida del trabajo parlamentario las intervenciones, preguntas, propuestas, informes, opiniones y declaraciones formuladas, las cifras arrojan resultados claramente decepcionantes. Entre junio de 2009 y enero de 2014, el PP presentó cuatro informes por cabeza (uno por año), mientras que el PSOE presentó ocho (dos por año). A modo de ejemplo, en términos personales, la estrella del PP, Jaime Mayor Oreja, que, afortunadamente hace tiempo que anunció su renuncia a volver a presentarse, despacha la legislatura con el vergonzante balance de 14 intervenciones, 1 pregunta, 8 propuestas, cero informes, cero opiniones y cero declaraciones. Por parte de nuestra región, el igualmente eurodiputado Antonio Masip, tomando los mismos criterios y en el mismo orden, arroja unas cifras de 58, 23, 1, 9, 2, 0, que, aunque mejores, distan mucho de lo que fuera deseable y exigible. En lo que no se quedan cortos, sin duda, es en las retribuciones. Entre asignación mensual, dietas para gastos generales, dietas para ir a Bruselas o Estrasburgo, dietas fijas por viaje, dietas por viajes fuera de la UE, dietas para viajes dentro de la UE, dieta fija anual y asignación para asistentes, la cifra ronda los 15.000 euros mensuales, y eso sólo para los diputados de a pie, sin cargos específicos. Cabe igualmente decir que los antiguos diputados tienen derecho, tras la conclusión de su mandato parlamentario, a percibir una indemnización transitoria entre 6 y 24 meses, además de una pensión de jubilación cuando cumplan los 63 años de edad compatible (¡faltaría más!) con cualquiera otra. Con esas cifras y privilegios, la crisis y el ajuste del cinturón sólo quedan para los demás, los de siempre. También queda clara la ambición por hacerse con un hueco en ese foro de élite a cualquier precio, no para servir a los intereses de los demás, sino para servirse a uno mismo, ya que, al fin y al cabo, la caridad empieza por ahí.
En este estado de cosas no puede extrañar a nadie que, practicando la reflexión, un buen número de ciudadanos se decante por la abstención.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo