Algo falla en este país
Llevo un tiempo diciendo que algo falla en este país. Y sigo insistiendo: algo falla. Una va y mata a la presidenta de la Diputación de León porque ha despedido a su hija que trabajaba en la Diputación como interina. Y estuvo dos años intentando matarla, luego no podemos decir que fue un problema psiquiátrico. Estaba planeado desde tiempo atrás. Esta señora, diremos presuntamente asesina, debería saber que su hija estaba ocupando una plaza de interina (no sabemos cómo la había conseguido). Siete años con trabajo, puesto privilegiado, pues no era una simple mileurista, no se consigue con mucha facilidad en la Administración, debería sentirse privilegiada en estos tiempos que corren. En una plaza de interinidad se puede cesar en cualquier momento. Lo mismo que la consiguió la puede perder porque hay mil formas para ello. Una, y la principal, es cubrirla por concurso oposición. Pero, insisto, hay muchas más formas. Pero por muy dolida que estuviera, por muy traicionada que sintiera, si es que era una enchufada, eso no justifica ajustar cuentas matando a la gente.
Esta señora, por llamarla de alguna manera, ha terminado con la carrera profesional de su hija y de su marido. ¿No pensó en ningún momento en lo perjudicada que iba a salir su familia con la decisión que tomó y que tuvo mucho tiempo para meditarlo?
Parece ser que la hija, involucrada en el caso, era consciente también de lo que estaba arriesgando, aparte de la vida de una persona. Pero su marido, inspector jefe de la Policía en Astorga, que tuvo que investigar el caso hasta el momento en que se detecta a las sospechosas, momento en el que se siente obligado a retirarse del caso, dirigirse a sus superiores y renunciar a su puesto de trabajo y pedir traslado para otra zona fuera de la provincia.
En estos últimos años en las administraciones públicas han sido muchas las personas que, trabajando con plaza de interinidad, han tenido que irse para su casa por los recortes sufridos en las plantillas, porque las plazas se han cubierto por concurso oposición, etcétera. Si cada una se dedica a matar a la persona que cree responsable de la pérdida de su puesto de trabajo interino, lo tenemos claro.
Y todavía mucho más grave es que algunos internautas se permitan el lujo, unos con nombre y otros con seudónimos, de decir las cosas que se han dicho, justo nada más salir la noticia y cuando el cuerpo de la asesinada permanecía aún en el suelo del lugar donde se produjo el asesinato. Esto, desde luego, tiene que haber una forma de controlarlo porque nadie puede salir por los foros diciendo tales barbaridades. Lo primero que debería exigirse para dar una opinión en los foros es que las personas se identifiquen y sean responsables de lo que dicen.
Pasando a noticias locales y provinciales, uno va y anuncia que hay una bomba en Parque Astur. A los pocos días anuncia una bomba en el hospital San Agustín.
Llamar diciendo que hay una bomba en Parque Astur me parece una locura, pero llamar a un hospital, donde hay tanta gente hospitalizada, una gran mayoría encamados, ya me parece surrealista, y como broma me parece de un gusto pésimo. Evacuar un hospital no es lo mismo que evacuar un centro comercial. Aparte de lo laborioso que resulta evacuar un hospital, hay que pensar que se arriesga la vida de muchas personas, de muchos pacientes ingresados que no tienen la posibilidad de moverse por ellos mismos. Y si hablamos de pacientes con dolencias cardiacas, debemos pensar que están jugando con su vida. Hay que ser desalmado para gastar una broma de este tipo.
Desde luego, este país va por muy mal camino; pero no es un problema político, es un problema social, de educación, de ética, de moral. Y no se arregla cambiando de Gobierno ni de religión. No consiste en ser religioso, ateo o laico, no. Esto es mucho más laborioso. Por este camino, vamos pero que muy mal.
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