Los quesos envuelven Asturias
El queso es un alimento primordial por su valor nutritivo y proteico con la aportación de vitaminas y sales minerales. Sus orígenes se pierden en la noche de los tiempos, aunque se habla del año 3000 a. de C. con la historia de un pastor de Asia Central que al matar a una oveja para comer su carne guardó previamente la leche del animal en el estómago y al regresar a su casa observó con notable sorpresa que se había cuajado. Había nacido el queso.
En todo el entramado de la historia, los quesos siempre han formado parte de nuestra región por realidad geográfica, por pasión rural, por necesidad y por vivencia propia. El queso aquí, en este septentrión verde y abrupto, se erige como un producto campesino, natural, montañés, auténtico, primigenio, monacal, sabroso, caminero, entero, popular, artesano, oloroso, fermentado, cuajado, turístico, afinado y digerible. Su marca de calidad está en la presentación directa del producto, su estilo, su textura, su sabor y su fuerza organoléptica derivada de la leche vacuna, ovina o caprina. Es el queso asturiano nuestro santo y seña culinario, nuestra referencia gastronómica junto con la natural sidra. Qué hermoso dúo! Queso y sidra. Solamente con estas dos realidades agroalimentarias ya es suficiente para contemplar con gusto y ánimo a una región agarrada a la esperanza de futuro y saber que son dos avales para poder gobernarla y desearla con garantía.
Subtítulo: El alimento santo y seña de la región
Destacado: En el Principado está la esencia quesera del país. Nada menos que cuarenta quesos repartidos por montañas, valles y comarcas. Antaño casi todos para consumo familiar y actualmente integrados en una próspera industria
Y en el Principado está la esencia quesera del país. Nada menos que cuarenta quesos repartidos por montañas, valles y comarcas. Antaño casi todos para consumo familiar y actualmente integrados en una industria próspera que busca ganar la modernidad y el mercado con excelentes ideas y canales comerciales con ese objetivo de sacar a los quesos domésticos de su arca de oro y lanzarlos a una proyección universal. Y todo va por buen camino quesero, ese conformado por la Asociación de Artesanos Elaboradores y su sello de calidad que persigue lo elemental para avanzar en la mejora y total distribución de un producto con talento y carácter.
El queso asturiano denominado por esos créditos tan eufónicos como Cabrales, Gamonedo, Casín, Beyos, Afuegalpitu, Pría, Porrúa, Chivita, Peñamellera, Ovín, La Peral, Monje, Oscos, Abredo, Taramundi, Vidiago, Llonín o Fuente, entre otros…conforma un mantel excepcional que cubre todo el perímetro regional. Todos ellos están envueltos por el sentimiento de unos productores que conocen perfectamente la realidad de su medio y en su proceso de elaboración alcanzan el grado cénit de la verdad y el ensoñamiento. Quesos para ahora, para siempre, para el futuro… Sin queso no hay prosperidad, no hay ánimo, no hay vida. El queso es el alimento que nos da oxígeno y nos transporta, con el ideal de la mantequilla, a lugares distintos, a rincones florales y a momentos singulares de emoción y nostalgia. Y Asturias es gracias a sus quesos sempiternos una comunidad solidaria, con fuerza natural, animosa, dolida a veces, pero impetuosa y grandona, de pasta dura, y pienso yo que todo esto lo ofrece la caseína y otros principios inmediatos que aporta el propio queso. Auténtica realidad mágica. Somos hijos de nuestros quesos, somos sus aliados fieles y en territorio quesero fluye la amistad, la camaradería, la fiesta, la integridad, la honradez y el honor. Muchos de nuestros padres de la patria rehúyen de los quesos y esa actitud no es la más adecuada para apoyar a estos valores gastronómicos. Si disfrutaran más de los quesos, el entendimiento, el consenso y la gracia política llegarían al hemiciclo y todo se convertiría, con sus lógicos debates, en un ágora de salud y afecto democrático.
Quesos y más quesos… y con quesos cuidados y bien tratados se hace culinaria, con ese acto cocinero se logra la gastronomía excelsa y en ese cóctel de manjares se alcanza el turismo necesario como reclamo de una realidad nativa y sentimental. Y aquí juega un papel fundamental el Círculo de los Amigos de los Quesos de Asturias, una cofradía cargada de conocimiento y entusiasmo que busca en los quesos asturianos su ideología por lo propio, su recuperación por los quesos olvidados y esa obligada acción de vender fuera de nuestras fronteras un manjar gastronómico que no tiene parangón. Y ya sabéis: Todos los días queso y un queso al año.
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