¡Ojo, que lo de Europa va en serio!
Desde que España entro con todo el derecho a formar parte de la U.E, al menos hasta el 25 de mayo, el funcionamiento de los países miembros era de alguna manera, un tanto provisional.
Si es cierto, que cada país elegía sus diputados al Parlamento, pero a partir de ahí, el control ultimo y las decisiones de más calado, las tenían los presidentes que por turno rotatorio, les correspondía a cada país miembro. Era por tanto, hasta cierto punto lógico, el que se fuera consolidando una unión tan dispar de ciudadanos y de gobiernos; acostumbrados a regirse dentro de sus propias fronteras.
Existieron antecedentes de una unión comercial y energética entre algunos países, en torno al acero y al carbón, por lo que obviamente llevaban una ventaja sobre lo que es y significa, así como sus divergencias, el punto de vista de los tratados entre países europeos.
España, ausente de una Europa en la que su influencia fue decisiva, durante muchos siglos, particularmente a partir de la caída del Imperio Romano, y del nacimiento posterior de los grandes imperios como el Austro-Húngaro, y determinante para la construcción de Europa, ésta fue diluyéndose paulatinamente, a favor de Alemania, Francia, y una Inglaterra, que se considera europea, cuando a sus intereses comerciales y políticos les va bien. Tal vez nuestra neutralidad en los dos conflictos bélicos que asolaron el Continente europeo, y nuestra inestabilidad política interna, hayan sido una de las causas. Pero sea como fuere, la realidad es que llevamos más de medio siglo, apartados de las grandes decisiones que toman los países influyentes de Europa. Y nos guste o no, nos afecta muy directamente, tanto en lo económico, social, financiero, político o militar.
Por tanto; a partir de estas Elecciones, el Parlamento elegirá al Presidente y a sus Comisarios, y la influencia del Banco Central Europeo, será determinante para la política financiera. Y por tanto, los acuerdos que se adopten tendrán mucha mayor relevancia en todos los países miembros y sus regiones.
Por eso; estar en Europa, para Asturias es si cabe, más importante que para otras autonomías. Asuntos tales como el carbón, la pesca, la ganadería, la agricultura, la industria, las infraestructuras y los apoyos financieros, son de vital importancia para el futuro de nuestro tejido productivo. El cual hoy, es un claro ejemplo de abandono, y de trato injusto, no tanto por los países miembros, como por la falta de una VOZ, en clave regional, que al menos exponga, en las Comisiones y en el Pleno, la situación real de Asturias.
La posibilidad de tener acceso a documentos, sobre acuerdos y resoluciones que atañen a nuestra Comunidad, ya justifica el que tengamos presencia en el centro económico y financiero de Europa. Si a esto añadimos la posibilidad de romper la mayoría absoluta, que puedan formar populares y socialistas, miel sobre hojuelas.
No obstante, si así no ocurriera; una VOZ (en este caso LIBRE) que nos defienda, se necesita tanto, como el sentido de la audición, para enterarnos de primera mano, que es lo que se cuece sin tener que pasar por el cedazo del Gobierno español de turno, que bien ya sabemos, la nula información a la que nos somete. Véase si no, el caso del Musel, el de la minería, o el de la pesca, por citar algún ejemplo.
Por ello, no caigamos en el pasotismo que hasta ahora -tal vez por desmotivación- se tenía hacia las elecciones europeas, y por ende hasta de su Parlamento.
Europa camina hacia una mayor estabilidad; tanto en su unidad, como en tener una moneda fuerte. Y de ese camino no podemos separarnos los asturianos so pena de seguir quedando relegados al furgón de cola de la Europa de las Regiones.
¡Eso espero!
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