La nobleza del capitán
Se ha despedido Carles Puyol, el último gran capitán del FC Barcelona. De él se ha destacado estos días su liderazgo, su profesionalidad, y sobre todo su pundonor. Dijo el gran Franco Baresi que Puyol pone la cara donde a cualquiera le daría miedo meter el pie, e incluso se ganó el apodo de Tarzán, que hasta entonces fue patrimonio de otro gladiador culé, Migueli.
Su marcaje a Figo en 2000, partiéndose la cara hasta tres veces por su equipo, parando un gol con escudo, besando el brazalete tras marcar en el Bernabeu, su gol a Alemania en semifinales del Mundial, cediendo la Champions a Abidal en Wembley, en 2011, etc. Puyi nos ha dejado a todos los culés e incluso a los aficionados de la Selección Española imágenes imborrables.
Sin embargo, yo destacaría una cualidad de Carles Puyol que en mi opinión, no se ha valorado lo suficiente: su nobleza, su deportividad, su fair-play. Cuando dos jugadores se pelean, él los separa. Si algún rival le protesta, él intenta explicarse. Nunca ha tenido un mal gesto con un rival o un árbitro, y dudo que ningún jugador o aficionado de un equipo rival pueda tener una mala palabra para él. Y eso es mucho decir en un deporte que levanta tanta pasiones como fanatismos estúpidos.
En fin, que te echaremos de menos, Puyi. Adeu, capitán.
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