Sobre el gasto y la producción
Voy a tratar de demostrar en la medida de mi capacidad, y de mi conocimiento, el por qué el aumento del gasto, no mejora las economía, si esta no produce.
De un tiempo a esta parte, concretamente desde la crisis surgida a partir del 2008, y no reconocida, al menos por el Gobierno de España de aquellos años, hasta pasados casi dos. Una de las soluciones que se ponían sobre la mesa, y que de alguna manera está aplicando el gobierno de Rajoy, es la del aumento del gasto, para generar que el dinero circule.
Parece, que cuanto más dinero en el bolsillo del contribuyente, este genera un aumento mayor del gasto y por tanto un aumento de ingresos de aquellos sectores que viven del consumo privado.
Pues bien, no negando esto último, en su totalidad, si ponerle una pero respecto de su uso como norma inamovible. Creo no descubrir nada nuevo, si afirmo que el gasto, va unido directamente a la productividad. O sea: Que si no se produce, y se sigue gastado; al final, la deuda se acumula, puesto que no se debe de gastar, más de lo que producimos.
Veamos: Si una familia, gasta más de lo que ingresa (producción), al final no le queda más remedio que acudir al crédito. Crédito del que vivió España, por falta de productividad, hasta la crisis. Tal es así, que al día de hoy la deuda (producción- gasto) se salda con más gasto, y con mucha menos producción. Por lo que volvemos a caer en la espiral de seguir acudiendo al crédito exterior, en el caso del Estado, y al crédito privado, en el caso de las familias.
Hoy la deuda, sobre el PIB; Es decir, sobre el producto industrial bruto, es del 97%. Lo que indica, que de 100 que ingresamos 97, lo son para pagar la deuda crediticia. Por tanto, aunque España ha vuelto, a la credibilidad en los mercados que prestan el dinero. Estos, los prestatarios, saben que si la producción no aumenta, la posibilidad de devolución, cada vez se torna con más riesgo.
Producir; aumentar la producción, producir bien y con competitividad, es el mejor remedio, contra el endeudamiento. La relación gasto-producción, debe de ser siempre favorable a la segunda; de tal forma, que además de no endeudarnos, ahorraríamos (palabra está última desechada hasta de la formación básica en la enseñanza). Lo mismo que en la economía familiar. Producir más, y mejor, y gastar de acuerdo, con lo producido.
Las políticas de algunos partidos, en defensa de la inversión pública si más, terminan con los ahorros existentes en la sociedad, si se sobrepasan los límites, de aquello que se puede producir. Uno gasta, lo que tiene. Y tiene, lo que gana. Y gana, porque recibe un salario, o porque vende lo que produce. Si no recibe un salario, o este es escaso, debe de reducir el gasto, antes de acudir al crédito. De igual manera, quien no produzca, o produzca por debajo de sus gastos, también tendrá que acudir a la financiación.
Concluyo: El ahorro, es la salvaguarda, del futuro. De lo que puede acaecer en un momento determinado, a cada familia o a cada País. Un accidente, una catástrofe, una enfermedad en el seno de la familia, o cualquier otra contingencia. Pero para ello. Para que se pueda ahorrar, no es una novedad, el que se tiene siempre que gastar menos, de lo que se produce, o se recibe. Fomentar el ahorro, desde la infancia, es una garantía de tener una generación más comedida, y más responsable.
Y esto repito, es válido, para un país, una familia, o cualquier otra organización, que pretenda competir en un mercado globalizado, donde cada vez más la producción va en aumento en muchos países, mientras en otros, es el gasto el que ha tomado la delantera.
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