Hay mucho en juego
No nos pueden dejar indiferentes las votaciones del día 25. Hay mucho en juego. Todo lo que se haga en esa fecha electoral influirá favorable o desfavorablemente en nuestra vida posterior de cada día. Resulta, cuando menos, llamativo lo que algunos pregonan convencidos por nuestras calles: “Nunca dudes de que un grupo pequeño de ciudadanos reflexivos y comprometidos puede cambiar el mundo”. Palabras que suenan a compromiso personal, convicción firme, persistencia tenaz. No cualquiera los posee, ni son producto de la espontaneidad natural, sino del esfuerzo abnegado e ilusionado de cada día. Necesitamos de tales aguerridos luchadores, forjados en los más altos valores, para alcanzar la regeneración moral, social, económica…. de España y de Europa.
Subtítulo: La importancia de las elecciones europeas
Estamos obligados a ser y actuar como ciudadanos comprometidos, porque grandes son los retos a los que nos enfrentamos: como la vida humana, la familia, el trabajo, la educación de nuestros hijos, la democracia, la unidad de la patria, la libertad… que exigen lo mejor de nosotros y de nuestros conciudadanos. Hoy España está necesitada, por un lado, de ir haciendo desaparecer todo aquello que divide, corrompe, destruye, confunde y pervierte; y por otro, ir introduciendo las mejoras necesarias en todo aquello que se precise para el buen funcionamiento del Estado. Existe una crisis profunda en torno a cuestiones de vital importancia que no pueden caer en olvido o en una profunda desidia. No pocos opinan que la regeneración de España y de Europa debe iniciarse por encontrar aquellos valores e ideas que engrandecieron el occidente europeo de las etapas más resplandecientes.
Han de quedar atrás los males que aquejan hoy a este rincón privilegiado. Se alzan amenazantes contra estas civilizaciones, bajo la apariencia de progreso e innovación, lo que no constituyen más que un elemento destructivo. Algunas formaciones políticas y asociaciones han puesto la alarma y han pedido la colaboración ciudadana para defender la unidad nacional, una mayor transparencia en los partidos políticos, la despolitización de la justicia, una educación libre y de calidad, la defensa de la vida humana y de la familia, la supresión de la violencia y de todo aquello que comprende una cultura de la muerte. Todos estos objetivos han de alcanzarse para España y Europa. Han de ser logrados con el esfuerzo de todos y de aquellos partidos más responsables y beligerantes en favor de nuestro continente y de todos los pueblos y naciones del mundo.
El día 25, después de una reflexión serena y responsable, estamos obligados a escoger a los mejores, a los más comprometidos a trabajar bien y mucho. Por todas estas razones nuestro voto no puede ser un voto a ciegas ni un cheque en blanco. De ahí que ninguna excusa pueda existir para que nuestro voto no sea un ejercicio libre, reflexivo y responsable.
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