Eucaliptos

26 de Mayo del 2014 - Leopoldo Tolivar Alas (Oviedo)

En la última página de la edición del domingo, 25 de mayo, se inserta un precioso artículo de Miguel L. Serrano sobre “El padre de los eucaliptos”, el obispo gallego don Rosendo Salvado, que habría traído las semillas a nuestro país desde Australia en 1886.

Como dato curioso, aunque bien conocido, en “La Regenta”, cuyo primer volumen se editó dos años antes y el segundo, uno, Tomás Crespo, Frígilis, sabio evolucionista, amigo leal y compañero de cacerías del Regente, pasa por ser el aclimatador del “Eucalyptus globulus” en Vetusta. Aunque, según el juicio despectivo de don Pompeyo Guimarán, “después de mil ensayos ridículos” (capítulos XIX y XX). Dado que la obra, además, está ambientada en la España de los inicios de la Restauración, es decir, seis o siete años antes de ser escrita, parece interesante investigar de dónde sacó Clarín la temprana introducción de este árbol alóctono en España y en Asturias. Sin duda, los excelentes botánicos que ejercen en el Principado, comenzando por los profesores universitarios, podrán aclarar algo al respecto. Tal vez también las revistas y periódicos de la época ayuden a esclarecer qué intentos o proyectos de aclimatación del eucalipto trascendieron antes del viaje del obispo Salvado, de cuyo nacimiento se cumplen doscientos años (y 130 de “La Regenta”). Huelga señalar que Leopoldo Alas Ureña era lector de toda suerte de publicaciones por su curiosidad científica y que contaba, dentro y fuera del claustro ovetense, con reputados expertos en Ciencias Naturales.

En cualquier caso, antes de incitar a esa investigación, procede felicitar al periódico y al autor de un reportaje tan ameno y de tanto interés.

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