El barbero nunca llama dos veces
Posiblemente, el PP no se dé cuenta de que a partir de ahora ya no es tan popular y, en la misma línea, y como almas cuasi gemelas, el PSOE probablemente obvie el hecho de que ya no es tan socialista como se creía: es lo que pasa al vivir de espaldas al pueblo, a las gentes que los alzaron a lo más alto. Tal es así que se me antoja improbable que los primeros se bajen de su nube de fantasías y que tan sólo ellos se crean, o que los segundos piensen, por algún momento, que son unos incomprendidos a los que los votantes castigaron sin motivo alguno.
Pero no os hagáis los locos: entre los dos, habéis perdido la friolera de 5 millones, abundantes, de votos. ¡Casi nada!, aunque, sinceramente, me parece poco castigo para el daño que causasteis. Las malditas matemáticas (por desgracia para vosotros) proclaman a los cuatro vientos que la suma de los votos conseguidos por los dos partidos en las recientes elecciones al Parlamento europeo ni siquiera llegó al 50 por ciento de los sufragios válidos; no obstante, no sé por qué extraña razón de proporcionalidad leonina la suma de los diputados conseguidos por ambos partidos alcanza el 55 por ciento del total: son los efectos colaterales de tanta justicia y democracia.
Sin embargo, ante tal tesitura creo que deberían ustedes poner sus barbas en remojo: me parece que el barbero acaba de llamar a su puerta y, a diferencia del cartero, el rapabarbas no da una segunda oportunidad.
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