Sobre Afganistán
En las últimas semanas están llegando noticias relativas al surgimiento de importantes corrientes de opinión tanto en Reino Unido como en Alemania en las que con firmeza se reclama la retirada de las topas de esos países destacadas en Afganistán. Uno no puede dejar de preguntarse ¿y la opinión pública española? ¿A qué se debe esta aceptación generalizada acerca de nuestra presencia en aquel país?
Humildemente pienso que las posibilidades de estabilizar Afganistán económica, política o socialmente mediante una ocupación militar por un período de tiempo indeterminado son sencillamente quiméricas.
Las peculiaridades geográficas y otros condicionantes políticos, históricos, sociológicos, etc... siempre hicieron de Afganistán un país "poco accesible" a Occidente. No obstante, el período del régimen socialista -sin estar exento de errores- fomentó un progreso social que despertó la oposición de los poderosos terratenientes, anclados en el feudalismo, y de los líderes religiosos locales.
Entonces, la URSS tomó la decisión de intervenir y encontró una resistencia inesperada, ya que la administración Reagan armó hasta los dientes e instruyó en el uso de armas tecnológicamente avanzadas a los talibanes a quienes los dirigentes norteamericanos calificaban de "luchadores por la libertad".
La gran maquinaria bélica del Ejército Rojo vivió lo que los corresponsales de guerra del momento dieron en llamar "el vietnam soviético". Tras diez años de inútil contienda Gorbachov decretó la retirada de las tropas.
A partir de ahí la brutal represión hacia las mujeres a quienes se confina en sus hogares, el salto hacia atrás de dos mil años en toda una serie de derechos fundamentales y en la estructura socioeconómica del país, la persecución de la cultura, la destrucción de monumentos patrimonio de la humanidad, así como su condición de "narco-régimen" constituyen un escándalo político internacional.
No obstante sólo tras la masacre del 11-S los norteamericanos deciden invadir el país e instaurar un gobierno diseñado desde el departamento de estado de los Estados Unidos.
En esta ocasión sí que Estados Unidos invoca el papel de la ONU y esa diferencia con el caso iraquí sirve de argumento al gobierno de Zapatero para no retirar los efectivos destacados en Afganistán.
Nuestra presencia allí se ha cobrado ya -si mis datos son correctos- ochenta y seis vidas de militares epañoles caídos en acto de servicio en misiones en Afganistán, contando lógicamente a las víctimas del accidente aéreo del aparato YAK-42 que trasladaba personal destacado en aquellas latitudes. Convendrán los lectores conmigo en que es un tributo excesivamente alto el que España ha entregado ya pese a lo cual la señora ministra Chacón y el gabinete del presidente Zapatero en ningún caso han planteado la salida de aquel avispero. Sostenella y no enmendalla.
César Balbino Arias Alvarez,
Mieres
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