¡Me rindo! gradúo la vista en una óptica
El 29 de noviembre de 2013, acudo al médico de cabecera del Centro de Salud y le indico la conveniencia de graduar la vista, porque hace unos años que no lo hago. Con el volante cubierto, solicito una consulta para el especialista (La exploración y graduación de la vista es un acto médico, dice la nota del servicio de salud) y me dan cita en el ambulatorio de La Lila para el 20 de enero, a las 8:20. Dos meses de espera. Llegado el día, el oftalmólogo me gradúa la vista, me mira los ojos con un aparato, me da una receta para que compre en la farmacia un colirio y me dice que después pida hora en las oficinas porque quiere observarme el fondo de ojo: Exploración de la vista con Tropicamida, dice la nota que me dan con las instrucciones para su aplicación.
Yo, como pensé que era cosa de un momento, o, a lo sumo, de unos días, marché confiado a por las gotas, que me costaron poco más de un euro, para poder volver a la consulta y acudir luego a la óptica con la prescripción del oculista. Después de adquirir el producto, voy inmediatamente a pedir hora y me la dan ¡Para el 15 de mayo! Otros cuatro meses de espera. Pero ¡Si sólo tengo que echar unas gotas en los ojos para dilatar las pupilas! Ya, el 15 de mayo a las 11:55.
En el mes de febrero recibo una carta del Hospital Universitario Central de Asturias en la que me comunican que "la cita ha sido anulada por razones de Servicio y sustituida por otra". Esa "otra" es para el 18 de junio, a las 11:35. Otro mes más. No me hace ninguna gracia este retraso, pero como necesito que el especialista me gradúe la vista, espero, resignado, que pase el tiempo, ya que no dispongo de papel alguno para ir a la óptica con las características de los cristales.
Y el día 21 de mayo recibo una nueva carta, en la que me indican que "la cita ha sido anulada por razones de Servicio y sustituida por otra", en este caso para el ¡19 de septiembre, a las 08:00! ¿Con tantísimo tiempo por delante, no pudieron encontrar otra hora mejor? Porque eso implica que yo, que estoy jubilado y puedo acudir a cualquier hora del día, tenga que levantarme a las 6:00-6:30, poner dos gotas del colirio en cada ojo, asearme, desayunar, echar otras dos gotas en cada ojo al salir de casa, pedir a alguien que me acompañe porque, siguiendo con las indicaciones de la nota que me proporcionaron en la consulta "con esas gotas, las pupilas o niñas de los ojos se harán mayores y verá borroso durante unas horas". Y terminan las recomendaciones: "Por favor, traiga el frasco con las gotas que le han sobrado". Hombre, eso está bien, porque, a lo mejor así se evita a otro paciente los ocho meses de demora.
Para poder graduar la vista y acudir a la óptica a renovar las lentes, me hacen esperar desde el 29 de noviembre de 2013 hasta el 19 de septiembre de 2014. ¡Casi 10 meses, 294 días!............. si no me anulan la cita de nuevo. Hombre, eso ya no. ¡Me rindo. Voy a graduar la vista a la óptica de mi calle, que lo hacen en un momento! Y el 19 de septiembre me acerco a una hora prudente a regalarles el colirio ¡Con las gafas nuevas!
Miguel Ángel Llavona Uribelarrea (Oviedo)
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