Indignación rural
Al igual que hace unos meses criticaba la excesiva burocracia relacionada con el ganado, en esta ocasión quiero hablar de la famosa ley sobre los espacios protegidos. Esta ley, entre otras cosas, prohibirá, por ejemplo, fotografiar osos, acampar en el monte o coger moras. Supongo que quien pensó estas geniales ideas lo hizo recordando a los hosteleros de las zonas que a partir de ahora verán cómo sus ingresos bajan, al venir a Asturias muchos menos turistas.
Pero no sólo eso, la cantidad de hectáreas de pasto que se dejarán de aprovechar tendrá unas consecuencias inimaginables. Dejando los montes a merced de la fauna y flora la proliferación de maleza será excesiva. Los caminos se cerrarán, las zonas hoy de pasto se llenarán en pocos años de maleza, que en los meses secos y cálidos, será por desgracia muy inflamable. Hace no muchos meses se pedía que el ganado se cerrara por las noches para evitar daños del lobo, y ahora, justamente lo contrario: se deben dejar zonas libres de paso en los cierres, supongo que para que los daños del lobo aumenten más aún, y ya no me quiero ni imaginar los del jabalí en las tierras o los del oso en las colmenas.
Me pregunto qué persona de fuera de nuestro magnífico territorio deseará venir a Asturias. No podrá fotografiar a la fauna salvaje, no podrá pasear por la naturaleza ni querrá hacer fotos a los paisajes, llenos de cotollas, helechos y escayos (los mismos de los que prohíben coger moras). La vida en los pueblos acabará de morir, gracias a nuestros dirigentes y sus magníficas ideas.
La única explicación que veo a esta nueva normativa y muchas otras que por desgracia no tienen tanta atención mediática es sólo una, acabar con la vida rural, el por qué no lo sé, lo desconozco, pero, a no ser que cambien toda su política 180 grados van a conseguir acabar con todo, y todo, por querer ellos, sin pisar una caleya, mandar en los pueblos, y vivir a su costa. Ya no se puede quemar, hay que pedir permiso, ni trocear un árbol que haya tirado el aire, para leña, ni cortar una guiada de avellano, y podría estar enumerando ataques burocráticos al agrio asturiano como para llenar este diario.
Todo esto, por otra parte, es anticonstitucional, pues el artículo 130 de la Constitución dice que los poderes públicos atenderán a la modernización y desarrollo de la ganadería y agricultura, y a día de hoy es justamente lo contrario, hay infinidad de reales decretos, ordenanzas, leyes y demás que sólo sirven para entorpecernos, y a la vez enriquecerse los de arriba.
Por favor, señores políticos, ocúpense de cambiar leyes que hacen falta cambiar, vivimos en un país donde si entra un ladrón a robar a una casa no puedes ni tocarlo, o el criminal serás tú. Un país donde los autónomos, ganen o pierdan, deben pagar una importante suma de dinero, que no acabará en la sanidad o educación, sino en sueldos vitalicios. Un país donde, para favorecer el consumo se sube el IVA y se congelan sueldos y pensiones. No, si al final tenía razón aquel al que le daba vergüenza ser español, qué país, o mejor dicho, qué políticos. Como se decía en el Cantar del Mio Cid, qué buen vasallo sería si tuviese un buen señor, pues son nuestros dirigentes, con sus políticas y leyes, los que están acabando con el país, día a día.
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