Promesas incumplidas
Desde septiembre de 2013 estoy inscrito en una agencia matrimonial, después de dar un montón de datos sobre gustos y aficiones de mi persona y otros más de la mujer a la que yo pretendo. Su “perfil”. Una de las condiciones que puse fue que viviera en Oviedo o alrededores. Cita con la primera mujer: charla intrascendente de veinte minutos en la terraza de una cafetería y pago de la consumición pedida por ella. La segunda mujer que se me presentó vivía en el concejo de Valdés. Después de unas cuantas llamadas, acordamos quedar a mitad de camino. Resultado: nada más verme, ella comentó “yo creía que eras otra cosa”. Un buen recibimiento. Ningún interés por mi parte y una conversación fluida. Eso sí, pagué yo. Una tercera presentación se dio en La Felguera. Pasaron tres horas de un monólogo para concluir ella que se sentía muy bien sola y que esta cita le había llegado con tres años de retraso. Hubo otros contactos telefónicos que superaban la edad que yo había demandado.
Después de bastantes llamadas telefónicas a la ¿agencia? y de estar en la misma dos o tres veces hablando con la responsable, la cosa quedó en nada. Como negociación le pedí que si en dos meses no ofrecía ninguna cita, me devolviera la mitad de lo pagado (850 euros). Desde entonces, enero de 2014, no he visto nada, pero veo clara la jugada. Aviso a todos los navegantes, absténganse de entrar en estos enredos, simulaciones y pérdidas de dinero.
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