Qué bien
Contar con alguien a quien querer, a quien amar, es fenomenal.
Estando de acuerdo en que hay fechas de esto, de aquello y de lo otro, no está de más celebrar por primera vez en España, concretamente en Madrid, el «Día del amigo», coincidiendo con el 40.º aniversario del viaje del hombre a la Luna.
Qué bien, qué requetebién: «Día del amigo». Qué felicidad, la del gozo sencillo y maravilloso de quererse entre amigas, amigas, amigos, amigos: «Amigos para siempre», que dice esa preciosa canción.
Spottorno escribió el lunes 29 de octubre de 1990: «A cierta altura de la vida, por la que yo debo de andar, se siente que ésta se va encogiendo, como piel de zapa, sin darnos margen para realizar, o al menos proyectar, muchas cosas o relaciones que se quedaron no ya en intentos, sino en meras intenciones. Pues más que alegrarnos de lo que hicimos, aunque fueran emprendimientos que remontaron el vuelo, nos angustia mayormente lo que no hicimos, por desidia o falta de coraje...».
Amables lectores, a la Tacita este lunes, 20/07/09, 17.37 horas, le ha apetecido escribir este folio. Abrazos para todos y un beso para ti, Natalia, y para ti, María Aurora, y tu sobrina, que acaba de viajar desde muy lejos ilusionadamente al Carmín, verbigracia, a casa.
Despedida y cierre. Hoy, ayer, el sol se ha portado caballerosamente. Venga, no te cortes, Lorenzo, durante el resto del verano, guapín de cara.
Mañana, «Día del amigo». Mejor día, imposible. Qué bien.
Érase una vez.
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