Podemos discrepar
Ante la nueva situación política creada por las últimas elecciones europeas se abre un periodo decisivo. Lo que pone de manifiesto la necesidad de un proceso de argumentación profunda y clarificadora sobre las diversas propuestas de las distintas formaciones políticas. En cualquier caso, considero evidente que la irrupción de Podemos en el ámbito político marca, indudablemente, una forma de hacer distinta a la tradicional propia de los otros partidos. La discusión acerca de las múltiples y diversas opiniones debe realizarse desde la consideración hacia los demás y sin exageraciones. Por ejemplo, afirmar que Podemos es una formación de extrema izquierda, estimo que es excesivo. Además, todo debe ser argumentado minuciosamente y contrastado en un diálogo que aporte argumentos de peso, y la crítica y matizaciones de muy diversos interlocutores cualificados. Ya decía Gracián que: «El único medio para ser amable es ser apacible». Y es que los términos que se están usando al referirse a los planteamientos y al programa de Podemos me parecen desproporcionados por muchas razones. No debe olvidarse que como también escribió Gracián en El arte de la prudencia acerca de las palabras: «Ellas solas pueden realizar imposibles».
El hecho de que el New York Times señale a Podemos como el partido que ha sacudido los cimientos de la política española es significativo, porque quiere decir, entre otras cosas, que se sigue la evolución y las propuestas democráticas de esta formación. La utilización del debate democrático y participativo, entre todos los ciudadanos que comparten unas aspiraciones comunes, considero que es lo más apropiado en cualquier partido político progresista y avanzado. Efectivamente, las decisiones deben tomarse entre todos como reitera Monedero.
Las propuestas del programa de Podemos, a mi juicio, se fundamentan en una lógica de las cosas o de la realidad que concuerda con el sentido común. Ciertamente, pueden existir aspectos de su programa que sean de difícil realización, o que quizás por un proceso de ensayo y error puedan transformarse o modificarse. Pero, en líneas generales, los rasgos principales y fundamentadores de su proyecto son racionales y coherentes. De hecho, el establecimiento de políticas redistributivas para la reducción de la desigualdad social o el protagonismo de la pequeña y mediana empresa en la creación de empleo, ya son una muestra de la orientación positiva y creadora de esta formación. En lo relativo, al derecho a una renta básica para todos supongo que se parte del supuesto de que, afortunadamente, no será necesario aplicarla a toda la población, aunque exista como derecho universal con un carácter social omnicomprensivo. A mi juicio, otro de los temas clave es, precisamente, un mayor y más estricto control de la especulación financiera y un ajuste democrático respecto al Banco Central Europeo para que potencie de mejor forma el desarrollo económico de los países del sur de Europa, algo que también está en el programa de Podemos.
En conclusión, en el campo de la discusión ciudadana todas estas propuestas, y otras muchas deben ser objeto de argumentaciones razonadas y críticas sin argumentos ad hominem. Puesto que errores y equivocaciones forman parte de los actos y decisiones de los seres humanos, y creo que debe darse un margen de confianza y respeto a todos los partidos y a la ciudadanía que los apoya. Considero que la verdadera prueba de fuego para cualquier política es la confrontación directa con la realidad de lo hechos de modo directo e inaplazable. Y existen enormes retos sobre todo desde la perspectiva económica y laboral. La creación de abundante empleo de calidad es lo más esencial para la corrección de los grandes desajustes socioeconómicos existentes. Y en esta tarea titánica la aportación de la banca y del sistema financiero es fundamental, porque deben contribuir con una parte muy sustancial de sus enormes beneficios a fines sociales inexcusables.
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