La gerontocracia en el colegio de enfermería
Recientemente asistimos al relevo de presidente del Colegio de Médicos y del Colegio de Farmacéuticos, en los que unos prestigiosos profesionales, de manera natural, ceden el testigo a otros compañeros para que, después de cumplir su jornada laboral, entreguen su tiempo a velar por el prestigio de la profesión y a luchar por los intereses de todos los colegiados. Esto es un ejemplo de lo que debe ser y para qué están los colegios profesionales.
Caso aparte es el Colegio de Enfermería. Parece ser que hay un proceso judicial abierto para saber qué lado oscuro puede haber en la gestión de un octogenario presidente, Emilio Losa, que, a pesar y debido a su edad, lleva muchos años sin ejercer la profesión, se atrinchera en el sillón presidencial durante más de veinte años formando un búnker inexpugnable valiéndose de todas las artes que sólo aprenden los que llevan muchos años en el poder y en él quieren perdurarse.
Si a esto añadimos que el vicepresidente, Alfonso Román López, también es otro no ejerciente de la profesión, ya que es un diputado autonómico que vive de y para la política, es fácil imaginar en qué manos está nuestro pobre colegio. De pena.
J. Luis Sánchez Álvarez, Campomanes (Lena)
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo