Hasta siempre, hermano
A mi hermano Alejandro.
Nunca pensé en escribir estas líneas, pero el día 20 de mayo se apagó una parte de mi vida, la de mis padres (Alejandro y Tinita), la de mis hijos (Alejandro, Juan Pablo, Alejandra) y la de mucha más gente.
Cómo voy a decirte lo que siento, si yo misma no lo sé. El día en el que te dejaste la vida en un accidente con tu moto, a la que tanto amabas. ¿Ahora qué, Alejandro? ¿Cómo se puede continuar viviendo?
Te veo en los ojos de tu hijo, en mis recuerdos y todavía no puedo hablar de ti en pasado. Siempre fuiste mi niño, mi hermano pequeño y la persona más guapa que ha pasado por este mundo. Te llevo en el corazón, también vas en el de nuestros padres y en el de las personas que te han querido, que son muchas más de lo que quizá podías imaginar.
Hasta que muera estarás dentro de mí, por eso sé que nunca morirás del todo.
Te quiero, hermano, y así lo haré hasta el fin de mis días.
Tu hermana, Maite.
Quiero agradecer a todos los motoristas que acompañaron a mi hermano en el traslado a Muros de Nalón. Gracias al director del Centro Penitenciario de Villabona, compañeros, familiares y amigos. Siempre os llevaré en mi corazón.
María Teresa Rodríguez Díaz
Madrid
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