Poca consideración con la canción asturiana
El pasado 24 de mayo se celebró en el auditorio Príncipe Felipe de Oviedo un homenaje póstumo al conocido locutor y gran valedor de la canción asturiana Carlos Jeannot, recientemente fallecido. El evento fue organizado por la Fundación que lleva su nombre y por el productor discográfico Juan Taboada, siendo publicitado profusamente en los medios de comunicación y muy especialmente en el Concurso y Muestra de Folclore “Ciudad de Oviedo”, del que Carlos fuera director a lo largo de sus veintidós ediciones. No resulta extraño, pues, que una amplia mayoría de los asistentes a dicho homenaje fueran fieles seguidores de nuestra más representativa canción ancestral, máxime cuando en el cartel se recogía la presencia de los veinticuatro campeones del citado concurso. En la trayectoria vital de Carlos Jeannot ocupó un incuestionable predominio su faceta como organizador, presentador y director de concursos de canción asturiana, desde el histórico “Mercaplana” hasta el renombrado “Ciudad de Oviedo”, sin olvidar por ello su coqueteo puntual con otros “palos” musicales, como a él le gustaba decir. Como representante de la Asociación de Intérpretes de Canción Asturiana (AICA), no puedo menos que mostrar públicamente el descontento por la falta de sensibilidad demostrada por la organización del homenaje al no incluir ni un solo tema de asturianada, mientras hubo cabida para todo tipo de formaciones y estilos diversos como pop, rock, jazz, folk, lírica, coros, humor, etcétera... Los campeones del concurso de Muestra y Folclore “Ciudad de Oviedo” fueron invitados a entonar el himno de Asturias, conjuntamente con el Coro Santiaguín y la Banda de Gaitas La Laguna del Torollu (a quienes, en todo caso, reconocemos su calidad y su prestigio). Pero Carlos no lo habría consentido. Desde el mismo día del homenaje han sido muchas las llamadas que he recibido mostrando el malestar y el sentimiento de ninguneo de cuantos asistieron convencidos y dispuestos a disfrutar de lo mejor de la canción asturiana de las últimas décadas y se toparon con un evento enfocado a estilos tangenciales a lo que fue la verdadera pasión de Carlos y que lo llevó a ser conocido por el gran público. Sin embargo, no acaba ahí el despropósito: junto con la entrada, “al módico precio de 15 euros”, se obsequió a los asistentes con un CD conmemorativo, que igualmente no incluye ni una sola asturianada. Parece ser que este disco ha sido financiado por el Gobierno del Principado y no estará de venta al público, sino que pasará a distribuirse como protocolo, con lo cual las autoridades o las personalidades obsequiadas con el mismo disfrutarán de temas como “Mrs. Robinson”, de “Simon and Garfunkel”, “River deep, mountain high”, de Phil Spector, “Ben-Hur”, de Miklós Rózsa, etcétera..., mientras desconocerán que en Asturias tenemos una canción vernácula, identificativa, con unos rasgos y unas características propias y mucho más antigua que el pop, el rock, el jazz, etcétera, contenido en el mismo. Por si todo lo anterior no fuese suficiente, casi todos los artistas o las formaciones que participaron en el homenaje fueron obsequiados con un detalle de la Fundación, en forma de micrófono, y al decir casi todos a buen seguro los lectores se imaginan quiénes fueron los veinticuatro que no lo recibieron. Éste es el resumen de un día que se preveía de fiesta para la canción asturiana y, sin embargo, sirvió para dejar a las claras la poca consideración que algunos tienen para con lo propio. Espero que este relato sirva de reflexión para que situaciones similares no se repitan en el futuro.
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