Voluntad de realización
A mi juicio, una de las cuestiones que desde la perspectiva política y social actual es más relevante es la reafirmación de una fuerte voluntad ciudadana que posibilite la superación de la crisis económica del presente. Y me parece que es observable una tendencia a la pasividad, y al conformismo en múltiples facetas de la vida colectiva. El esfuerzo y la perseverancia deben ser un hábito presente en todos los individuos y también en los políticos. El caer en el derrotismo y en actitudes destructivas y negativas que niegan la posibilidad de resolución de los problemas relativos a la enorme cifra de parados es inadecuado y contraproducente. En todos los sectores de la actividad productiva y también en sanidad, educación, etc. Conviene desarrollar planteamientos racionales y rigurosos para la resolución de los problemas existentes. Además, es bueno contar con el asesoramiento de los mejores expertos, con una cuantificación de los costes y los resultados previsibles de las decisiones tomadas en el ámbito político. En definitiva, quizás sea posible la consecución de muchos más logros desde un punto de vista del bienestar social, si aplicamos una firme, constante y activa voluntad a la realidad existente. Como decía Zubiri: «El hombre tiene innegablemente una voluntad de poder, y esa voluntad de poder se va ejercitando a lo largo de su vida, en todos los momentos de ella». Efectivamente, ante los retos de este mundo globalizado en el que nos ha tocado vivir, lo mejor es pensar que nada es irresoluble del todo, excepto la propia finitud humana. Porque, al fin y al cabo, la sociedad humana es regulada por las leyes y las propias disposiciones y normas de todo tipo elaboradas por el estado. Por tanto, el margen para el cambio social no está determinado, únicamente, por el simple transcurso del tiempo, ya que también influye de un modo decisivo los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, cada uno en su ámbito específico de actuación y responsabilidad.
Consecuentemente, lo decisivo es la labor constructiva y creativa de nuevas leyes y disposiciones o de cambios en la legislación para una mayor protección y estímulo de la actividad emprendedora, y de la mejora sustancial de las relaciones y normas laborales, y del más fácil acceso de determinadas capas de la población a empleos dignamente remunerados, y con condiciones de trabajo justas. Frente al mundo líquido del consumismo, o la modernidad líquida de Bauman, en el que casi todo aparece y desaparece de modo vertiginoso, considero que es afirmable el gran valor de la firmeza y la fortaleza en los actos y en las conductas. Escribe Zubiri lo siguiente: «Aun supuesto que el hombre se ponga a hacer, hay un momento de firmeza, porque generalmente las acciones humanas no son instantáneas duran algo». Las preferencias las marcan los deseos, pero a la vez son las grandes impulsoras de una permanente actividad de renovación y mejoramiento de las personas y de la propia estructura social que es profundamente injusta, y en la que existen desigualdades económicas inadmisibles. El enfrentamiento con las cosas o lo que es lo mismo con la realidad es lo propio y característico de la existencia. Lo que nos da la oportunidad de medir nuestras fuerzas en un esfuerzo continuado de superación de los conflictos, incoherencias e irracionalidades que forman parte de la realidad mundana. Considero que es necesario priorizar lo más urgente en el campo político, y reflexionar y sopesar, con ayuda de los especialistas o expertos, acerca de las mejores y más racionales soluciones en relación el desorden económico existente, garantizando de esta forma un bienestar básico compartido por todos los ciudadanos. Ya que la cultura del esfuerzo explícitamente presente en la legislación educativa es la expresión de la voluntad, en todos los campos y aspectos de la realidad vital.
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