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Reflexiones en torno al suceso del Gregorio Marañón

26 de Julio del 2009 - Jimena Sobrecueva Menéndez (Gijón)

El fatal accidente que así debe ser llamado ( puesto que ambas circunstancias confluyeron en el hecho la accidentalidad y la fatalidad) y no terrorífico error , sucedido en días pasados en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid , ha puesto en marcha una cadena de actuaciones y manifestaciones por parte de las diferentes instancias: sanitarias, administrativas, políticas, medios de comunicación, etc. que cuándo menos merecen una profunda reflexión sobre la nefasta manera de tratar un tema tan delicado como este por las excepcionales circunstancias que lo rodearon y el gran impacto que provocó el efecto multiplicador de los medios de comunicación.

La primera actuación a considerar:

La de la gerencia del Hospital fue un ejercicio de un cinismo y crueldad tan indecente que no comprendo cómo hubo medios de comunicación que alabaron semejante proceder confundidos por tanta transparencia y diligencia en la información, sin percatarse de la discriminación selectiva que de la información se hizo en este caso. ¿Y en los demás? ¿Se informa con la misma diligencia y se actúa del mismo modo?

Fue así mismo una actuación ligera, desconsiderada, ilegal y maniquea. Por lo tanto este señor debería ser apartado del servicio cautelarmente o cesado.

La de las autoridades políticas: Cómo era de esperar cada uno buscando la rentabilidad para su causa, eso sí, guardando las formas y con todo tipo de condolencias y lugares comunes al uso en estos casos.¡Vergonzosa.!

Los medios de comunicación, con ligeros matices, se hicieron eco del suceso emitiendo juicios de valor y opiniones que evidenciaban un desconocimiento del estado actual de la sanidad en nuestro país, al menos en determinados aspectos.

Y por último la administración, la que mayor carga de responsabilidad tiene en este caso y en otros similares que no por silenciados son inexistentes. ¿Dónde está?, ¿ por qué no sale a la palestra a explicar la realidad de las condiciones en las que trabaja el colectivo de enfermería de este país? Se les llena la boca hablando de las bondades del sistema sanitario pero obvian aspectos tan sustanciales como son las bases en las que el mismo se sustenta.

Poca gente si no está relacionada directa o indirectamente con este colectivo sabe las condiciones reales en las que trabajan, las presiones a las que se ven sometidos estos trabajadores para aceptar servicios que les generan un estrés difícil de soportar pues no están especializados o formados para asumirlos sin una supervisión, pero si los rechazan son penalizados y sacados de la bolsa de trabajo.

La carga de trabajo, la responsabilidad y en determinados casos el riesgo, que no es reconocida ni económica ni humanamente. Actúan de parachoque de los fallos del sistema sanitario pues son los que tienen un contacto más directo con pacientes y familiares que en muchos casos no alcanzan a comprender el enorme trabajo que desarrollan y las difíciles condiciones en las que trabajan.

La continúa rotación por los diferentes servicios en los que permanecen uno o dos días. Las condiciones laborales de los enfermeros recién titulados que en sus primeros meses de trabajado pueden haber firmado más de 16 contratos pues los contratan por fines de semana días sueltos para cubrir sustituciones, en los más diversos servicios y sin ningún tipo de asesoramiento pues muchas veces están ellos solos.

El invento rentabilizador de las plantillas flotantes, los turnos, etc

La desvergüenza de una administración que no reconoce a los especialistas que ella misma forma como ocurre en algunas comunidades autónomas, aunque cara a la opinión pública se les vende una asistencia sanitaria altamente cualificada y pionera. Este es por ejemplo el caso de Asturias, dónde la especialidad de Salud Mental no es reconocida y los servicios de salud mental no solo no están atendidos por estos profesionales, sino que recientemente fueron desplazados de sus puestos tirando por la borda años de trabajo realizados con este tipo de pacientes que requieren una atención muy específica para conseguir el principal objetivo que es la adherencia al tratamiento.

Así y todo en la mayoría de los casos es un colectivo de una gran profesionalidad, muy mal pagado pero muy vocacional, y es esto lo que permite que la maquinaria funcione a pesar de las circunstancias descritas.

Reflexión final:

Para juzgar un hecho hay que tener un conocimiento exhaustivo de las condiciones en las que se ha producido y así y todo hacerlo siempre con mucha prudencia, con tacto, con respeto, sin acritud, con ecuanimidad, y con una serie de actitudes que han estado absolutamente ausentes en el caso que nos ocupa. Se ha demonizado a una persona sin tener la más mínima consideración hacia ella ni profesional ni lo que es más grave humana y desde luego a mí personalmente me han llamado la atención dos cosas: la ausencia de solidaridad del colectivo de médicos y la dureza en el juicio empleada en este caso.¡Qué varas de medir tan distintas para uno y otro colectivo!

Por último quiero expresar mi apoyo al colectivo de enfermería del Gregorio Marañon en estos días difíciles.

A la joven enfermera mi más absoluta solidaridad y apoyo. Un accidente es un accidente, no es una negligencia, ninguno de nosotros estamos libres de él y esa circunstancia no puede ni debe arruinar una vida ni personal ni profesional.

Jimena Sobrecueva, enfermera especialista en salud mental.

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