Las piscinas de Gijón no son para el verano
Desde hace ya algunos años acudo a la piscina municipal de Moreda, donde hago deporte habitualmente, para descubrir sin ninguna sorpresa, la ya práctica habitual de este ayuntamiento, iniciada por sus antecesores en el cargo, de cerrar las instalaciones deportivas municipales completamente dos meses y un tercer mes en horario reducido. Como trabajador que soy, al igual que muchos otros usuarios, únicamente puedo ir a la piscina a medio día y última hora de la tarde, y este Ayuntamiento me castiga a no poder usar las instalaciones durante tres meses; eso si, sin variar un céntimo la cuota. Es por esto que vengo observando como estas medidas solo fomentan que los usuarios busquemos otras ofertas deportivas de la ciudad en la empresa privada, ya que estos parones y horarios serían impensables.
Dos cosas se desprenden de este tipo de actuaciones: que los responsables municipales que determinan clausurar temporalmente las instalaciones, o no son trabajadores y disponen de libertad horaria, o no son usuarios de las instalaciones municipales, ambos aspectos graves para alguien que dirige dichas instalaciones deportivas. Tan sólo espero que detrás de este tipo de medidas no se esconda una intención oculta de espantar a los usuarios para decir luego que el sistema es deficitario y es necesario su privatización, porque de ser así, los usuarios y el personal de servicio de las instalaciones municipales, los otros damnificados en esta historia, sabremos siempre la verdad.
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