La vergüenza del hockey asturiano
En los tiempos que corremos, no creía posible que ocurriesen estos hechos en una cancha deportiva que presume de ser de las mejores aficiones de Asturias, ya que los hechos que voy a relatar a continuación me parecen imperdonables y muy graves contra el deporte Asturiano. El domingo por la mañana en la cancha deportiva del FM Oviedo se jugó la final de la Copa Talasoponiente en la categoría Benjamin, en definitiva niños de 11 años, y en esa contienda una madre insulta a mi hija de cómo ya dije 11 años desde la grada llamándola hija de puta, por circunstancias del partido que es dirigido por un árbitro y que es él que sanciona los malos comportamientos dentro de la cancha, que para eso cobra por ello.
Ante tales insultos que fueron proferidos por esa persona (por llamarla de alguna manera educada, ya que ella con mi hija no tuvo ningún tipo de educación ni vergüenza), cuando llegó el descanso del encuentro tuve que bajar hasta la pista y consolarla para que entre lloros continuase jugando la segunda parte del partido y demuestre lo campeona que es. Me parece indignante tal trato para cualquier club que va a jugar a esa cancha deportiva, o a otras que lo que los niños pretenden es realizar su deporte favorito, e insto al club y a la Federación a que tomen las medidas oportunas con este tipo de gente para que esto no vuelva a suceder en ninguna otra cancha deportiva del Principado, ya que todos estos niños son jugadores de la Federación Asturiana de Patinaje del Principado, y esto lo único que hace es dejar a la altura del barro a todo un club por la desvergüenza de uno de sus aficionados.
También es de agradecer que ciertas personas del FM Oviedo, los cuales no tienen culpa de todo lo ocurrido, pero que sintieron vergüenza de lo que pasó, las disculpas que me dieron a mí y a mi hija por todo lo ocurrido, pero lo que pido con esta carta como ya dije anteriormente es respeto para todos y cada uno de los niños de cualquier partido sea de la disciplina que sea, y que si no se sabe estar viéndolo, que no se vaya.
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