Un gran Hospital Monte Naranco público
El día 20 de marzo ingresé en dicho centro para operarme de una prótesis total de cadera, el día 21 me intervino el doctor don Vicente del Moral, el día 25 fui dado de alta, en estos momentos estoy haciendo los ejercicios de rehabilitación, los cuales parece van bien.
Desde este diario deseo dar las gracias al doctor Del Moral, pues parece que me ha realizado una intervención perfecta, e igualmente por su gran profesionalidad, a pesar de mis kilos. A la doctora Alegre por visitarme en mi habitación dándome aliento y animándome. Doctores así son los que hay que preservar en la sanidad pública.
Al anestesista, a las personas del quirófano y a los profesionales que estuvieron atendiéndome en la sala de reanimación, gracias por vuestra amabilidad por vuestro trabajo, en un lugar falto de personal.
Estuve ingresado en la planta segunda, habitación 217, y fue aquí, quizás por el tiempo que pasé y la convivencia, donde quedé realmente admirado. La dedicación, atenciones, profesionalidad, las buenas caras, y la alegría, a pesar de tanto trabajo, merecen mi más sentida gratitud y admiración.
Marta, Cristina, Gabino, Elena, todos en su trabajo fueron maravillaos, cada uno en su faceta de enfermeros, auxiliares o limpieza. Y qué voy a decir de ti, Ana, si a todos debo agradece lo dicho anteriormente, a ti en grado máximo, quizás porque hayamos tenido más comunicación, en el plano profesional, espero que el examen de tu hija le haya sabido bien y haya aprobado todas las asignaturas.
A todos, gracias por ser como sois, y por el trabajo que desarrolláis más allá de vuestras posibilidades, dada la escasez de personal. Y si de alguien me he olvidado, pido perdón, por no haber preguntado su nombre. Ése fue un error.
De igual manera deseo agradecer a mi amigo el doctor Ovidio su preocupación por mí: todos los días me visitaba, es médico geriatra en el citado hospital.
Recibid, pues la mayor de las gratitudes de quien seguro que os habrá dado la lata pero que nunca podrá olvidaros por vuestra profesionalidad y atenciones, gritando: “¡Viva la salud pública y sus profesionales!”.
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