Espacios públicos...¿o privatizados?
Recientemente estaba en una terraza de la plaza Pedro Miñor cuando, de repente, un balón se precipitó sobre las consumiciones de unos clientes. Aunque sorprendidos y asustados, no recriminaron al niño nada de lo ocurrido, quizás porque ellos mismos apreciaran que en cierta medida estaban invadiendo una zona de la plaza que desde hace décadas ha sido utilizada por todos los jóvenes del barrio para jugar (principalmente al fútbol).
La situación me trajo a la mente conceptos estudiados en el ámbito de la Geografía Urbana acerca de los espacios públicos, entendidos éstos como las plazas, parques o calles de la ciudad. En mi querida Oviedo he venido observando durante los últimos años una proliferación de terrazas excesiva en calles peatonales, plazas o simplemente en aceras; y, en muchos casos, con el problema añadido de ser auténticos obstáculos debido a su diseño cubierto, que incluso hace perder la esencia principal de una terraza: consumir al aire libre.
En la plaza Pedro Miñor, a ambos lados de la calle Alejandro Casona, hay siete terrazas de grandes dimensiones que poco a poco han ido haciendo de este espacio público un espacio privatizado, pues la mayor parte del mismo está destinada al uso privado de los locales hosteleros. Otro ejemplo flagrante es el de la calle Manuel Pedregal ("Ruta de los vinos"), donde las aceras directamente no existen habiendo sido sustituidas por las terrazas de los bares. Por último, me gustaría destacar otro ejemplo, la acera izquierda de la avenida de Galicia en sentido parque San Francisco, donde nuevamente la gran mayoría del espacio de acerca es ocupado por terrazas hosteleras.
Con todo esto pretendo reivindicar desde aquí el papel de los espacios públicos en la ciudad: las plazas son para que nuestros niños jueguen y se diviertan, las calles son para pasear y apreciar la belleza de Oviedo y los parques deben ser para que podamos utilizar sus zonas verdes además de pasear por ellos (al estilo centroeuropeo). Reclamo desde estas líneas, pues, que se reduzca la excesiva concesión de licencias para terrazas en nuestra ciudad, y que en lugar de anteponer los intereses de los hosteleros sea en los ciudadanos en los que se piense a la hora de tomar según qué decisiones. Si para algunos el "CSO La Madreña" era un centro de "okupación" de un edificio, parece evidente que lo comentado aquí se presenta como una clara "okupación" del espacio público, aunque con una diferencia: en este caso está apoyado y promovido por ciertos poderes políticos y sociales. Así pues, deben adoptarse medidas que permitan la cohabitación hostelería-ciudadanía, pues en ningún momento lo que pretenden estas líneas es eliminar todas las terrazas de la ciudad, sino moderar su presencia en los espacios públicos.
Las plazas, calles y parques de Oviedo, para los ovetenses, no para los hosteleros.
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