HC.Energía

17 de Junio del 2014 - Faustino Álvarez Pérez-Manso (Oviedo)

Hace tiempo creía, sin haberlo sufrido, que Saramago tenía razón: el mundo es de las multinacionales, y presa de criterios mercantilistas. Ahora lo he sufrido, y con una multinacional enraizada con nosotros, los asturianos: Edp energía o HC, la hidroeléctrica de siempre, vamos. Estoy de alquiler en una vivienda y cambié la titularidad del suministro, como es de ley. Hubo un problema con un recibo aunque no debió ser muy grave, puesto que me pasaron los siguientes. Una amiga me dijo que no me preocupara, que me mandaban un recibo para pagar. Hasta ahí, todo correcto. Y se me olvidó esperando dicha carta de pago. Ayer, recién desayunado, a las 8.00 de la mañana, se fue la luz. Así, sin ruidos, sin despedirse. Como no hubo algarabía alguna, hablé con el portero, pero el resto de vecinos tenía luz. Cuando supe lo del pago, después de dos llamadas a las nueve desde mi despacho profesional, aboné inmediatamente la factura debida, no sin antes exponer mi queja, de forma bronca lo reconozco, por no haberme enviado la carta de pago al domicilio del suministro, mi vivienda, ni llamarme por teléfono, que lo tenían, ni mandarme un correo electrónico, dirección que también tenían. Pero lo grave no fue eso. Me garantizaron que tardaban como máximo 24 horas en restablecer el servicio. Yo les apunté el trastorno que me ocasiona porque, entre otras cosas, soy diabético y la insulina debe conservarse correctamente en el frigorífico el cual, como es sabido, no funciona sin la maldita energía de la que ellos son suministradores. Lo intenté por activa y por pasiva. Ni por esas. Ya han pasado más de 24 horas, mi comida, mi insulina y todo lo perecedero ya se fue a tomar vientos, pero lo más grave es la sensación de impotencia. La desazón. Han logrado que cambie mi parecer sobre las administraciones públicas: son mucho más humanas que las empresas como HC. Solo espero, de corazón, que a sus dirigentes los traten de la misma forma que me están tratando, ni más ni menos. Y que se les atragante la moratoria nuclear hasta la náusea

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