Cambios de chaqueta ideológicos
Permanecerá la incógnita de cómo escogen las fechas quienes toman decisiones que no son del momento, sino culmen lógico de trayectorias prolongadas que tienen el rumbo marcado..., ¿tras las elecciones europeas en que el PSOE y el PP están más retratados como la misma formación que controla la “despolítica” en nuestra tierra?, ¿previo a los procesos de renovación de caras en el PSOE y el PP para seguir controlando el cotarro?, ¿después de los sucesivos deterioros organizativos en los que Rubén fue actor esencial al haberle otorgado el máximo poder de fontanería interna en función delegada en que no se sabe si Gaspar le dejaba hacer a Rubén o Rubén le dejaba aparentar a Gaspar?, o simplemente para sobrevivir a uno de los muchos personajes que nunca trabajaron si no es en la conspiración cotidiana siempre a su favor.
Nadie podrá mostrar sorpresa por el paso de Rubén Fez Casar al PSOE-PP, pues era una traición más que anunciada, y hablamos de traición en exclusivos términos políticos, con muchos antecedentes en gentes que han pasado por el PCE, aquí y en el mundo mundial.
Quienes hemos padecido de cerca el cerco conspirativo de Rubén sabemos diferenciar etapas en que era de izquierdas en su comportamiento, de otras en que su sobrevivencia política la puso por delante de cualquier interés colectivo. Jamás quien esto suscribe podrá olvidar que en sus funciones de secretario de la Juventud Comunista y acompañado del secretario del PCA de la época, Francisco Javier Suárez, tuvieran los dos la delicadeza de recibir con cariño a quien llegaba de Nicaragua, perplejo, tras tres años de presencia internacionalista en aquellas tierras en guerra, ni que, tras un congreso del PCA que quedó en tablas, Rubén y yo fuéramos determinantes para sacar del empate la situación y hacer elegir a quien en aquel momento representaba la línea de izquierdas, Gaspar Llamazares, que de no haberse producido esa tesitura no hubiera tenido el protagonismo posterior, en Asturias y en todo el Estado.
Pero ese protagonismo posterior ha sido más que nefasto para la izquierda, y esa pareja de hecho, Gaspar-Rubén, ha detentado ilegítimamente demasiado poder de decisión, por períodos demasiado largos, hasta que algo de sentido común se ha ido imponiendo en la organización, hasta el punto de que en la tierra natural de ambos la propuesta de nuevo partido anticomunista en el seno de IU no haya tenido campo abonado.
Los halagos al Garzón juez entre Rubén-Gaspar, los vericuetos para acercarse al PSOE-PP rechazados por la militancia, los viscerales cantos de sirena de desmontar la rebeldía en la izquierda para dejarla funcional al PSOE-PP... ya no están de moda, ¿no? Y por eso Rubén se afilia a donde cree que debe y deja, de nuevo, con el culo al aire al actual diputado Gaspar Llamazares Trigo.
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