Al padre Juan Alonso, de Cuérigo
Juan Alonso Fernández, gloria y prez de la Iglesia española y orgullo de la región allerana, nació en Cuérigo (Aller) en el año 1933, y se le conoció siempre en el pueblo como el “nietu de Xuan de Ná”.
De un pueblín tan recoleto en el concejo de Aller, quién iba a pensar que iba a surgir un santo, ¿verdad?
Pues sí; de pueblos tan humildes salen a veces hombres y mujeres que o bien se enfrentan con las tierras, el ganado o las minas, como Sigfredo en busca del tesoro de los Nibelungos, que por aquí llamábamos carbón, o bien por el mundo se dedican en cuerpo y alma a educar, cosa que molesta mucho al dragón que lanza gases mortíferos y que tiene destructoras lenguas de fuego y derrumba con sus patas culturas completas, pueblos enteros, razas, humanismo y humanidad, y que por aquí llamamos dictadura.
Creo que en este mundo de las realidades, duro como un diamante, en este mundo hechizado dentro de cuyos horizontes y algo desamparados, Juan ha cumplido y todos intentamos cumplir nuestro destino, si no pertenecemos a la triste clase de los que no se entusiasman con nada, hemos de entusiasmarnos con algunas cosas, emocionarnos con otras y admirarnos con las nuevas, y también mostrarnos agradecidos de haber contado con algunas personas que dan categoría a nuestros pueblos y que hicieron el bien allá por donde han ido.
“Cuérigo de mi raíz y mi semilla” es la vida y biografía de Juan Alonso, que fue tiroteado y asesinado en El Quiché por haber educado a los nativos, haberles enseñado a pensar y a defender sus derechos. A los nativos que no han permitido que el cuerpo del misionero salga de allá. Tienen dos conceptos de la tierra. Uno, el concepto grande de la tierra, madre de todo; la que da la vida y acoge el cuerpo después de la muerte. Por eso dicen que aquel cuerpo es “tierra de nuestra tierra”. Y que nadie intente llevárselo de allá, donde descansa y donde se le venera como a un santo. San Juan Alonso, que dicen.
Esto que voy a decirles sobre el escrito de Arcadio -su hermano- es una opinión muy personal y particular.
La biografía suele definirse como la narración histórica de la vida de una persona. Llegó a convertirse en uno de los grandes géneros literarios. Después de haber leído este libro, me he propuesto considerar a todas las biografías que estén escritas con este rigor como unas obras científicas. ¿Por qué? Porque una exposición científica se concibe conteniendo ideas de examen, crítica, comprobación meticulosa de los hechos y empleo correcto de los testimonios que se utilicen. Esto, junto con el empleo de buenos procedimientos de investigación y de redacción, de gran solidez y equilibrio, basados todos en el conocimiento personal de muchos hechos y en el perfecto manejo de ese conocimiento, me hace pensar si no habrá escrito Arcadio una obra biográfica con rigurosidad científica.
Además, aun cuando Arcadio no exhibiese otros títulos a la consideración de sus paisanos -y digo paisanos refiriéndome a todos los alleranos-, que habernos dejado esta obra sobre su hermano motivo suficiente y sobrado ya es para que su persona sea honrada por todos los agradecidos y su nombre sea incluido en el monumento donde están los nombres de quienes han hecho algo positivo por nuestra tierra.
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