Buro... ¿qué?
Es indudable que la burocracia es una mal no necesario: los ciudadanos de a pie nos quejamos de los trámites que nos “marean” con su papeleo. El Gobierno parece que está dispuesto a facilitar las gestiones eliminando pruebas que quizás en su día fueron necesarias y que en la actualidad se siguen demandando por simple inercia; pero la solución es difícil porque es un problema muy arraigado en el quehacer burocrático.
Viene a mi memoria el ejemplo clásico de aquel parte en un puesto de guardia de la entrada en un cuartel, que desde tiempo inmemorable se venía repitiendo la coletilla de “prohibido sentarse en el banco que está enfrente del puesto de guardia”. Pasados algunos años un avispado oficial se preguntó “por qué esta prohibición” y, tras laboriosa investigación, se encontró que el motivo procedía de que el día de autos, el banco se había pintado y de ahí la advertencia en cuestión. ¡Cuántos y cuántos bancos siguen aún pintados!
Quizá nosotros, si detectamos un suceso rutinario de las características del “banco pintado”, debiéramos poner en conocimiento del organismo correspondiente el exceso burocrático, ya que ello podría contribuir a la mejora del servicio. Tenemos que ser conscientes de que la casuística es de tal proporción que el Gobierno también precisa de la colaboración ciudadana para la mejora de los servicios.
Acabar con la burocracia innecesaria debería ser labor de todos, pero la autoridad competente debe estar dispuesta a corregir los excesos probados en sus exigencias documentales.
Como colofón, un granito de arena: El Ayuntamiento de Oviedo, para la renovación personal de la tarjeta de estacionamiento para personas con movilidad reducida, copio literalmente, exige:
- Fe de vida del titular de la tarjeta. ¿No es suficiente con el DNI?
- Fotografía reciente del titular de la tarjeta. Sin objeción.
- Fotocopia compulsada de la tarjeta de estacionamiento para personas con movilidad reducida concedida. Las oficinas de la Guardia Municipal (domiciliada en las afueras de Oviedo) tienen informatizados los expedientes de los usuarios de las tarjetas. ¿Para qué compulsar las tarjetas en las oficinas municipales en el centro de Oviedo?
¿Qué diría el avispado oficial de la anécdota en este caso? Que para solicitar el propio interesado la renovación de su tarjeta de estacionamiento sólo debería unir al impreso de solicitud una fotografía reciente y presentar el DNI.
¡Ah!, ¿por qué no se entrega en el momento de la solicitud la tarjeta renovada? Así se evitaría un nuevo desplazamiento para su recogida.
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