En la paz del Señor
Con esta frase, vivo en la paz del Señor, mi abuela describía la tranquilidad que se respiraba en El Bayu, sólo pasaban los mineros andando a trabajar y una vez al año la marquesa de Valdesoto en coche (si levantase la cabeza). Como todos los pueblos, ha cambiado tanto la zona que de vivir en la paz del Señor hemos pasado a vivir en la vorágine del tráfico, el ruido y la muerte, sí, la muerte: rodeados de tanatorios y cementerio, por si fuera poco ahora pretenden ponernos dos crematorios. ¿Qué necesidad hay de condenar a la tristeza una zona de la Pola que podría haber sido la expansión natural hacia la naturaleza? Contamos con un río, un paseo fluvial, parque, zona deportiva, el monte Gómez.
Los niños reman en el Nora, juegan al fútbol en el Bayu, van en bici y en patines por la senda, que también utilizan a diario numerosos vecinos, ¿por qué estropearlo con unos crematorios que no son necesarios, teniendo en cuenta que a pocos kilómetros existen instalaciones suficientes y en lugares más apropiados, sobre todo alejados de las viviendas y de los lugares de esparcimiento? ¿Cómo les sentaría a nuestros políticos que al lado de su casa hiciesen tales instalaciones? Estos deberían velar por el bienestar de sus vecinos, y no tanto por el afán recaudatorio que supondrán los ingresos procedentes de estos negocios, por otro lado muy respetables, pero que perjudican el crecimiento de una zona en la que, antes de la crisis, se iban a construir viviendas y que ahora ¿quién es el guapo que va a hacer la inversión de su vida comprando una vivienda con el panorama que se nos dibuja?
Los técnicos de Medio Ambiente sabrán el grado de contaminación que estas instalaciones producen, así que espero que valoren la zona que deberían proteger, y no condenarnos a vivir en la paz del Señor.
Lourdes Fernández Cuesta, El Bayu (Pola de Siero)
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