El Greco
Este año, el 2014,es el año en el que se celebra el IV centenario de la muerte de El Greco. Muy pocos lo conocen por su verdadero nombre, Doménikos Theotokópoulos, ya que ha pasado a la historia con el sobrenombre de El Greco.
El Greco, pintor cretense del final del Renacimiento, es uno de los autores más importantes que ha pisado España ya que nos ha dejado un legado muy importante en toda la historia del arte debido a que ha firmado obras como: El entierro del Conde de Orgaz, La anunciación o su mítica obra El caballero con la mano en el pecho. Toledo se convierte esta temporada en la ciudad que alberga más secretos de este pintor, ya que ha sido este lugar el último donde vivió.
En la vida de El Greco se distinguen claramente 5 etapas. La primera transcurre en Creta, lugar que le vio nacer, y donde pasó sus primeros 26 años haciendo iconos bizantinos marcados por un fuerte colorido dorado. La segunda etapa transcurre en Venecia, donde conoció a los pintores más importantes del momento como Tintoretto, El veronés y Tiziano, quienes le enseñaron los secretos sobre perspectiva, profundidad y el colorido veneciano. En 1570 se traslada a Roma, donde comienza su tercera etapa. Es allí donde conoce a Miguel Ángel que está inmerso en la decoración de la Capilla Sixtina, hay que decir que aunque la obra que éste realizaba no era del agrado del autor cretense, influiría de manera muy importante en sus obras posteriores. Allí, en Roma, recibe una carta por la cual es invitado a viajar a España, porque el rey Felipe II reclama sus servicios para decorar el Real Monasterio de El Escorial. Se traslada a Madrid y comienza su cuarta etapa. Empieza a decorar El Escorial y realiza cuadros como Mauricio y la legión Tebana pero no son de agrado del rey. Desolado, se traslada a Toledo, donde comenzaría su quinta y última etapa. Es en Toledo donde realiza un estilo único, personal, inconfundible, con unos colores como los verdes, naranjas, escorzos forzados, nimbos romboidales y dibuja varios cuadros con la misma temática debido a que los clientes siempre solicitaban los mismos temas. De esta etapa, su cuadro más conocido es El entierro del Conde de Orgaz donde se puede ver la ascensión del alma del Conde desde el mundo terrenal al mundo celestial. Finalmente, en 1614, fallece en Toledo.
Sus obras han sido muy comentadas y criticadas, pues como el autor cretense dibujaba cánones alargados en sus figuras, unos han dicho que padecía astigmatismo y otros sostienen que los cuadros de El Greco son para ver desde abajo y que el autor pensaba que las figuras altas son más bellas.
Sin duda este es un buen momento para acercarse hasta uno de los lugares más representativos de este magnífico autor para conocer sus secretos y adentrarse más en sus obras.
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