Aprendizaje permanente de destrezas
Son muchas las causas por las que un país puede prosperar, y aún más por las que puede fracasar. De la mayoría de las causas que posibilitan la decadencia del país (o su progreso) la sociedad no es plenamente consciente salvo por la inmediatez de la necesidad que se percibe o por la tradición irracional que niega toda innovación. Sin embargo, la historia nos indica que la principal actitud por la que una cultura progresa es la innovación. «David tomó su cayado, escogió en el torrente cinco piedras bien lisas y las metió en su zurrón de pastor; tomó la honda y avanzó hacia el filisteo». El hoplita, acorazado con armadura, espada y lanza, a pesar de su reconocida fuerza y sus conocimientos guerreros, a pesar de su indignación, nada pudo hacer frente a aquella ágil figura de pastor que, con su cayado, avanzaba hacia él portando la innovadora destreza bélica de la honda. Aquel indignante desafío le costó la cabeza al hoplita. Desde Asturias son muchas las actitudes regladas, rígidas y acorazadas que debemos cambiar para no ser hoplitas descabezados, sino pastores de nuestro progreso. En especial, todas las que están impidiendo un amplio desarrollo de una educación humanística en la ESO, con la filosofía como eje central, y, también, las que impiden el reconocimiento del «aprendizaje permanente» de destrezas cognitivas de la FP para el empleo como algo fundamental. En medio de estas dos ausencias, debería estar un «aprendizaje inicial» de los conocimientos con una FP académica realmente propedéutica.
Cuando se empieza la actividad en el puesto de trabajo de una ocupación, nada de todo lo que se ha aprendido en el «aprendizaje inicial» será valido para poder desarrollar las tareas. Siempre habrá que aprender después gran cantidad de destrezas cognitivas para poder llegar a ser competente: algo que lleva su tiempo. Dada la necesaria competitividad que exige sacar provecho rápidamente de las innovaciones empresariales para que, mejorando la productividad, se pueda hacer frente al pago de las inversiones realizadas, seria peligroso esperar por el autodidactismo, más aún cuando se tienen supuestos compañeros que se guardan en secreto las destrezas cognitivas por aquello de la competencia al existir siempre una alta tasa de desempleo, o porque se compite por la promoción profesional en estructuras jerarquizadas de trabajo. Todo ello es suicida. Los países competitivos e industrialmente consolidados saben que se debe promover el «aprendizaje permanente» de las destrezas y, también, que sus contenidos formativos deben estar clasificados por ocupaciones. Todos esos contenidos de destrezas deben ser impartidos por personal instructor funcionario desde las aulas taller para la empleabilidad de las personas. La seguridad funcionarial será, junto a una constante inversión en formación interna, la necesaria forma para que (estos docentes desinhibidos ante su seguridad) puedan compartir sus destrezas cognitivas (incluso a través de las redes sociales) facilitando la formación dual en alternancia con la FP para el empleo. Las destrezas cognitivas son la causa de la innovación en los sistemas productivos, y esta innovación será la causa de nuevas destrezas cognitivas. El país que no sepa crear este bucle para volverse ágil como un pastor: acabará, como el inflexible hoplita que porta toda su reglada armadura, abatido sin comprender, y sin prosperidad para sus rebaños.
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