Objetivo:el lobo
¿Quién defiende al lobo? Existen dos tipos de defensores del lobo, los de verdad, los que no hacen ruido y saben perfectamente que la coexistencia con el ganado en extensivo es inviable, pues el lobo no entiende de convivencia, y luego está el resto, que no son otros que simples alborotadores sociales, anunciando la extinción de la especie, mintiendo y manipulando a determinado sector de la sociedad, pues el lobo hoy en día goza de una expansión nunca vista antes, con muchas consecuencias negativas para la especie, sobrepoblación que obtiene ejemplares híbridos de más de cinco generaciones, con comportamientos conductuales que distan mucho de los originarios de la especie, enfermos, con taras genéticas, etcétera. La realidad es que actualmente la calidad genética de la especie es un auténtico desastre, pero, ¿por qué y desde cuándo? Desde siempre, en Asturias ha habido lobos, en su justa medida y con una pureza genética insuperable, hasta la llegada de planes de conservación, estudios, marcajes, reintroducciones, etcétera, y demás historias que todos conocemos y pagamos con nuestros impuestos, que para lo único que han servido es para que algunos hayan ganado mucho dinero, han llevado a la casi desaparición nuestras tradiciones y cultura pastoril, y lo peor de todo, se han cargado prácticamente la esencia de la especie. Nuestros dirigentes se han dejado llevar por movimientos sociales de prácticas ecofascistas y lycófilos, cuyo único fin es enfrentar al pastor y ganadero contra la Administración, para así despejar el camino en sus oscuros negocios, en los que el pastoreo en extensivo es un estorbo, pero, ¿qué negocios? Ahora se pone de moda los avistamientos de fauna salvaje, parece ser, según estos grupos, que será un “gran motor económico”, lo que no dicen es que lo será sólo para esos operadores turísticos, que con sus planes intentarán llenar las laderas de Picos de Europa de turistas esperando ver un lobo con sus prismáticos, previo paso por caja.
Si allí hay ganado, el lobo no estará ni se dejará ver, por eso el ganado estorba, y por consiguiente, el pastor, otro inconveniente para los que quieren vivir a costa del lobo. Si nuestra Administración dice sí a estos negociantes del lobo, está dejando en manos de estos grupos la gestión de nuestro territorio, lo cual nos llevará a un desastre medioambiental sin precedentes, que no tendrá vuelta atrás. Respaldemos, por favor, a los verdaderos jardineros de nuestro territorio, ellos han sido los responsables de esta herencia llamada Paraíso Natural, nuestros pastores y ganaderos, portadores de tradiciones y cultura milenaria, en unas condiciones de vida difíciles de soportar para la gran mayoría de la gente. Ellos son hoy injustamente ultrajados por estos movimientos citados, viendo cómo se masacran sus rebaños, pero no olvidemos que son los únicos elaboradores de productos de calidad inigualable que nos quedan, y además, aunque resulte curioso, sólo ellos han sabido mantener genéticamente al lobo, sin además cobrar por ello. Con pastores y ganado, seguiremos teniendo Paraíso Natural.
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