Un bosque protegido
Se declara un incendio en el monte y, mientras éste avanza arrasando cada vez más árboles, los responsables de instituciones u organismos encargados de la extinción del mismo sugieren y discuten qué estrategias y medidas deberán adoptarse sin llegar a consensuar acuerdo alguno. Y es que, en estos momentos, la ciudadanía interpreta que algo así está sucediendo con el incendio declarado en el bosque económico, que continúa destruyendo puestos de trabajo sin que los protagonistas del Diálogo Social logren alcanzar un pacto para intentar contenerlo y extinguirlo, y, posteriormente, para recuperar la necesitada actividad y trama productiva.
Lógicamente, la conciencia social o preocupación por el bienestar y progreso de la comunidad debe presidir cualquier planteamiento de las partes que dialogan y, por ello, las propuestas que se presenten para coadyuvar al esfuerzo e interés general deben pasar el filtro de las tentaciones codiciosas y no comprometer los recursos destinados a preservar el bosque de las pensiones, pues éste es un importante patrimonio de la población que está protegido.
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