Sobre medios de transporte públicos
Siento discrepar, en parte, de la opinión de Manuel Noval Moro, que me da pie para expresar la mía, a propósito de su artículo sobre el transporte público del concejo de Siero publicado en este periódico el pasado día 22 de junio.
Estoy de acuerdo con él en que el transporte público interno de Siero (se refiere concretamente a la incomunicación entre Pola de Siero-Lugones) no existe, y ello debiera mejorar por razones de peso que aduce.
Pero afirma también que Pola de Siero está muy bien comunicada con la capital del Principado y que con Gijón dicha comunicación “no resulta del todo mala”, usando su propia expresión que yo entrecomillo.
Pues bien, siempre según mi humilde opinión, ni hacia Oviedo ni hacia Gijón gozamos de buenos servicios de transporte; muy al contrario, la cosa deja muchísimo que desear.
A partir de aquí que nadie piense que busco enmendar la plana a Manuel Noval Moro, cuyos artículos de prensa leo con gusto porque me suelen resultar sugerentes y acertados. Lo que pretendo, aprovechando el tirón de su artículo, es llamar la atención de personas y entidades que tengan algo que decir y, sobre todo, hacer acerca del tema que nos ocupa.
Permítanme mi sencillo análisis de la situación: hacia Oviedo el servicio por tren funciona próximo a la excelencia de lunes a viernes, pero los fines de semana se suprimen todos los servicios semidirectos y la frecuencia del resto se alarga en media hora.
Curioso asunto este de fin de semana igual a restricción de servicios. Curioso porque sólo se ofrecen servicios que faciliten el desarrollo de la vida laboral. El ocio, el entretenimiento, la cultura, cuyas manifestaciones suelen concentrarse en los fines de semana y festivos, no cuentan o no se facilita su disfrute en la misma medida. Me pregunto si las empresas de transporte restringen servicios los fines de semana por falta de usuarios o éstos no hacen uso de dichos servicios porque no se les ofrecen. Ya se sabe: lo del huevo y la gallina. Aunque en este caso mucho me temo que todo se reduce a conceptos de rentabilidad.
Siguiendo con nuestro tema, el transporte de Pola de Siero hacia Gijón es el caos porque:
1.- Seguimos teniendo que hacer transbordo obligatorio en El Berrón, donde se enlaza, eso sí, con trenes semidirectos procedentes de Trubia que funcionan cada hora, excepto a las doce de la mañana y a las cuatro de la tarde y, cómo no, los fines de semana. Si en este lugar (El Berrón) ya existe desde hace unos años un carril que enlaza directamente Gijón con el Oriente asturiano, ¿a qué se espera para poner dicha inversión al servicio del ciudadano?
2.- Y cuando llegas a Gijón, cuya estación han trasladado al quinto c... (con perdón), te ves obligada a usar taxi para centrarte en la villa y taxi para descentrarte y regresar a tu lugar de origen. Una persona joven resuelve este inconveniente de cuatro zancadas, pero la que esto escribe está instalada en la tercera edad y ya no está para maratones. Es de suponer que los paridores de semejante atropello tienen a la puerta, esperándolos obediente, un hermoso y flamante Volkswagen Jeta, que lo usan hasta para ir a hacer “pipí”. Perdón por el desahogo, pero es que estoy muy, digamos, enfadada para no caer en un nuevo desahogo.
Y si para desplazarte a Gijón eliges usar el autobús (léase empresa Licasa, S. L.), sin pretender entrar en detalles de menor cuantía, que a lo mejor no lo son tanto, y refiriéndome estrictamente a los horarios y al tipo de servicios, pues más de lo mismo: un directo por la Autovía Minera a las siete de la mañana y otro a las ocho menos cuarto de la tarde, para regresar. Por supuesto, los fines de semana no hay directos, de modo que no queda más remedio que “serpentear” Muncó arriba y Muncó abajo haciéndote a la idea de que vas hasta León si tenemos en cuenta el tiempo empleado.
Juzgue el lector si gozamos de unos servicios de transporte público dignos del siglo XXI o seguimos anclados en el XIX.
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