Matar para reir
Soy un joven argentino de 19 años y escribo desde mi país. Con esta carta no intento juzgar ni tampoco ofender a nadie, sino cuestionar una costumbre con raíces españolas y que hoy es practicada en muchos lugares del mundo.
Como firme defensor de los animales no puedo evitar cuestionarme numerosos hábitos que atentan contra la vida de estos hoy en día. Frecuentemente me pregunto ¿por qué existirán los zoológicos? ¿por qué las petroleras pretenden explotar el ártico? ¿por qué la caza deportiva todavía es practicada? hoy escribo para cuestionar ¿por qué tantas personas gozan y se regocijan con el acto de clavar espadas a un inocente animal?
Así como soy defensor del animal, también me opongo a aquellos que crean que el humano es un ser tan básico como para funcionar de manera crédula y tonta actuando por inercia, costumbre, cultura o como quieran llamarlo.
Me gustaría concluir con una proposición que me hago cada día de mi vida: No debo perder la capacidad de ver las cosas como realmente son simplemente porque sean una costumbre.
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