¿Por qué se marchitan los bellos y hermosos proyectos?
Las hojas de la albahaca son apreciadas por toda clase de insectos. Los buenos jardineros, e incluso los buenos cocineros, cuidan de la albahaca; los otros cuidan de los insectos. A este país le pasa como a la albahaca. No es que los políticos sean babosas perjudiciales, ni que los que se dicen sindicatos mayoritarios sean una plaga de arañuelas, ni siquiera que los empresarios sean áfidos recalcitrantes, sino que se han olvidado de su función. A las hojas verdes de la albahaca se las comen y ésta se marchita. Es como si en algún momento de nuestra historia los insectos, al unísono, hubiesen gritado: «La albahaca es nuestra, nosotros somos sus jardineros». Y el consejo general de los insectos, presentando cartas de constitución ante todo el mundo, cuidara de la albahaca.
En 1977 el SEAF-PPO tenía un bello y hermoso proyecto: sabían que el cuello de botella por el que debía pasar el desarrollo de la industria productiva de un país era la formación profesional permanente de las personas a todo lo largo de la vida. Por eso acometieron la formación de trabajadores para promocionarlos a técnicos, y convocaron para ello a ingenieros técnicos, con experiencia en determinadas tecnologías, para que opositasen a funcionarios docentes. Sin embargo, los hechos son que: habiendo sido rechazados los programas formativos del Ministerio de Educación y Ciencia por Europa en 1979, y aprobados los programas del SEAF-PPO, desde ese instante se supo que el Inem sería la fuente autorizada ante el CEDEFOP. Era un hermoso proyecto que crecía, y que, a través de la relación con las empresas por medio de la formación, podría haber llegado a formar parte de la investigación aplicada de las empresas y a través de ella con la Universidad; después: ¿quién sabe cuáles podrían haber sido nuestras expectativas industriales y nuestro desarrollo? Pero en este país no hay jardineros para estas cosas, ni expectativas. A aquellos docentes del Ministerio de Trabajo (por los que cotizaba la Dirección General de Enseñanzas Medias) se les comunica (por ley de 1984) que no pueden figurar como docentes de la Administración. Expulsados de las federaciones de enseñanza de los sindicatos, se quedan en el desamparo para ser extinguidos. Se ha entrado en Europa y se ha constituido en 1986 el Consejo General de la Formación Profesional adscrito al Ministerio de Trabajo, los fondos estructurales europeos de formación llegan puntualmente al Inem, que recibe instrucciones del CGFP para su uso. La apisonadora ha llegado a los campos de albahaca. Los sistemas productivos de este país, insípidos y poco competitivos, no prosperan como para procurar un bienestar perdurable y un futuro estable a nuestra sociedad. Europa se equivocó. Ahora, con la formación del Inem casi desaparecida, con el INCUAL y el CGFP adscritos al MEC, todo se percibe peor.
En Japón, en Haibara, hay una cooperativa de bosques con fábrica en el valle. Esta cooperativa fabrica tarimas y, según me han dicho, no tiene competencia por su alta calidad: eso es mucho en una cultura que anda descalza por casa. Además: da empleo a minusválidos y aceptan voluntarios como residentes, todo sin subvención alguna. Es un buen ejemplo de aprovechamiento de valles, bosques y de gentes. ¿Por qué no prolifera algo así en nuestros valles y montes? Por las noticias publicadas estos días, me temo lo peor: parece como si la apisonadora se pone en marcha de nuevo, y esta vez serían los plantones verdes que podrían existir en nuestros montes, dando vida a los bosques y a la industria de nuestros valles, los que no lleguen a dar frutos ni semillas nunca.
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