Hospital público y derecho privado
Cuando yo era niña, y ahora soy jubilada, vivía en el Camino de Truébano en Oviedo. Este antiguo camino discurría entre Buenavista, hoy Fuertes Acevedo, y el barrio del Cristo. Allí estaban la Panadería de Lin, las Escuelas Públicas de Buenavista, el Lavadero Público con su tejado de paraguas y un gran pilón para el ganado, la casería de Truébano, etcétera.
El camino siempre fue público. Entonces los niños jugábamos en la calle, la única opción que había. Más adelante, y con dinero público, se construyó el Hospital gestionado por la Diputación Provincial.
Con este nuevo centro y una enorme residencia sanitaria, Instituto de Silicosis, Oncología, Maternidad... se formó un conjunto sanitario público que fue modelo en muchas especialidades. A los vecinos de la zona sólo nos faltaba un centro de salud cercano y también llegó. Ahora con el cierre del Hospital nos cierran el paso a dicho Centro de Salud y a los usuarios de esta zona nos obligan a dar un rodeo de más de 1,5 kilómetros por buenas pendientes en invierno y verano, ya que las autoridades que gestionan el hospital han puesto vallas al paso que siempre se usó, diciendo que ahora es privado, cuando siempre fue público.
Así que a toda la gente de la zona, mayoritariamente jubilada, nos dejan únicamente el derecho a la protesta de utilizar nuestro voto en las próximas elecciones como más nos convenga. Que nadie se llame a engaño.
Lidia Gafarelo Salinas y nueve firmas más,
Oviedo
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