Jugar en el Alcázar C. F.
Pues sí, me temo que tendré que dejar de jugar al fútbol. Tengo que agradecer al presidente de este club como a su directiva al abrirme los ojos para ver que se puede disfrutar de otros deportes que no sean el fútbol, cuando y como yo decida.
Gracias por coartar mi libertad (tengo 16 años), así como la de otros compañeros de poder decidir, y me repito: dónde, cómo y cuándo deseo jugar.
Gracias por no permitirme, en esta temporada que finaliza, jugar con mi hermano en el mismo club y como compañero. Él sí pudo marchar y yo no. Criterio: él no era “interesante” y yo sí. Mi nivel es tan elevado que estoy jugando en Segunda juvenil, igual que él.
Gracias por obligar a nuestros padres a disponer de dos vehículos para los traslados los fines de semana, lo que les conlleva doble gasto de todo y no poder disfrutar de vernos jugar juntos. Ahora sí, daban la baja “si te vas a este club” o “si vienen fulanito y citanito te puedes ir a...".
Gracias también a los que me engañaron en su día, en la firma de mi ficha como jugador.
Si no puedo cumplir con las exigencias del club ha ocurrido este año, ¿me queréis explicar que hago yo aquí?
A estas alturas nos tratáis como si fuésemos una mercancía o sólo miráis por los intereses del club, entonces me pregunto: ¿los jugadores deberían pagar cuotas?, ¿no debería ser el club quien se ocupase de los traslados?, ¿no deberían de ser todos los entrenadores titulados? Y tantas y tantas preguntas más, como ¿qué autoridad moral tenéis para dejar sin jugar a compañeros como yo todo un año? Si queréis compromiso con el club, ¿por qué a otros, como a mí, los obligasteis a jugar toda una temporada a disgusto? “O aquí o en ningún otro sitio”. ¿Es lo que les espera a los jugadores que son más jóvenes que nosotros?
En marzo presente un escrito en el club, del cual no he recibido respuesta, donde se exponen claramente las razones por las cuales solicito la baja, incluso mostrando documentos privados que atañen a mi salud. Si vuestra ambición sólo os permite el “explotar” a los jugadores de corta edad (bueno, más bien a los padres) cobrando cuotas, recibos de socios, rifas, lotería, etc..., y después de unos años no cumplen con vuestras aspiraciones deportivas, les dais una patada en el trasero.
¿Por qué yo, entrando en ese catálogo de chavales que no tienen ni desean esos propósitos que vosotros marcáis desde hace años de compromiso y responsabilidad para con el club, no tengo la puerta de “salida” abierta). ¿Por qué tantas veces “vendéis” nadie a disgusto y te puedes ir cuando quieres?
Ante tal situación no me queda otra que repetiros mi “agradecimiento” y tomar la decisión de dejar la práctica del fútbol hasta que vosotros creáis oportuno.
Aprovecho desde aquí, también, para llamar la atención de otros jugadores y padres para que no caigan en la misma situación.
Alejandro Torre Catalán, jugador del juvenil B, Langreo
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