El turístico síndrome de Stendhal
La psiquiatra italiana Graziella Margherini, en 1797, describió un cuadro clínico consistente en desagradables sensaciones de vértigo, taquicardia y confusión, tras atender a más de cien pacientes que lo habían sufrido en la ciudad de Florencia. Se presentaba con mayor frecuencia en turistas de entre los 26 y los 40 años de edad, solteros y que viajaban fuera de los circuitos organizados.
Lo denominó síndrome de Stendhal porque este famoso escritor francés del siglo XIX manifestó haberlo sufrido, durante una visita que hizo a la iglesia de Santa Croce en 1817. Así lo narra en su libro “Nápoles y Florencia. Un viaje de Milán a Reggio”: “Sentí una sacudida en el corazón, la vida se quedó exhausta en mí, caminaba con miedo a caerme”. Se atribuye a una reacción emocional por la saturación en poco tiempo de fuertes impresiones de belleza artística. Naturalmente se trata de un trastorno benigno que pasa en unas horas con simple descanso y relajación.
Al parecer, aun cuando ahora la mayoría de los turistas viaja con ideas previas de lo que van a ver y es difícil que esas bellezas artísticas sean una sorpresa, se siguen dando cada año decenas de casos similares en las ciudades toscanas –y es de suponer que en algunos otros lugares– tan ricas en maravillas monumentales.
Ángel García Prieto,
Oviedo
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