La hora de un presidente
Raimundo Abando, abogado y economista
En cualquier faceta de la vida, a medida que una persona va teniendo cargos de mayor responsabilidad las posibilidades de ser criticada van en aumento. A mayor obligación le acompaña siempre la palabra «decisión». Y es indudable que, cuando uno se compromete y actúa, no siempre es comprendido por todo el mundo. Por otra parte, no hay nadie con el que estemos de acuerdo al cien por cien y nos guste en todas sus actuaciones o forma de ser. Por tal motivo, soy de la opinión de que no hay que empecinarse en forzar la palabra «coincidencia» en toda su extensión. Con el paso del tiempo te vas dando cuenta de que la convivencia y la identidad en lo fundamental es lo verdaderamente importante.
Una de esas personas que llegaron a los más altos puestos de responsabilidad es Francisco Álvarez-Cascos. Y que duda cabe que, como persona que tomó grandes decisiones, es imposible que sea del agrado de toda la gente. Aunque es un hombre admirado y respetado por toda la sociedad, incluso por aquella parte de ella que lo critica.
Se ha dicho últimamente, y él lo ha corroborado, que tiene ganas de volver a la política activa, pero desde Asturias. Mi sensación es que, de momento, hay pocos apoyos y muchos silencios. Posiblemente esto le lleve a Paco a sentir el dolor de cierta soledad y el sabor amargo de muchos desleales que tanto, por no decir todo, le deben a él. Pero, desde la serenidad de quien puede mirar atrás con la íntima satisfacción del deber cumplido, estoy seguro de que su lealtad a Asturias hará que dé el paso definitivo.
Asturias está en un momento crítico y decisivo de su Historia. En plena crisis económica, perdiendo población año tras año de manera sostenida, cada vez con menos puestos de trabajo, alejada de las autonomías punteras, abandonada desde el punto de vista de las infraestructuras, los asturianos debemos ir pensando que es la hora de tener un buen presidente de Asturias. Y ese gobernante que en estos momentos necesitamos no puede ser otro que Álvarez-Cascos.
Persona de acción, perseverante, con capacidad y preparación, con el genio y el valor que actualmente debiera tener el primer mandatario de Asturias. Estoy convencido de que si el Partido Popular lo presenta como número uno en las próximas elecciones autonómicas no sólo lo apoyarán los votantes del PP, sino que habrá miles de asturianos que le darán su confianza, haciendo que obtenga la mayoría absoluta. Y, sin lugar a dudas, se convertirá en el mejor presidente que jamás tuvo el Principado. Un presidente de todos los asturianos y el que Asturias necesita para no perder el tren del progreso para siempre. Es la hora de Álvarez-Cascos, y con él volverá a ser la hora de Asturias. Nuestro querido Principado volverá a levantar el vuelo que nunca debió abandonar, y la palabra «esperanza» volverá a anidar en el corazón de todos los asturianos.
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