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El gran inquisidor y Pablo Iglesias

17 de Julio del 2014 - Vicente Ignacio González Díaz (Oviedo)

Nos cuenta Fiódor Dostoievski en el capítulo V del libro quinto de “Los hermanos Karamázov” el poema del gran inquisidor. La acción del poema se desarrolla en España, en Sevilla, durante los tiempos más terribles de la Inquisición. “Y he aquí que Jesucristo mostró deseos de aparecer, siquiera por un instante, ante el pueblo, ante su pueblo que sufre y padece”. “Un viejo, ciego desde la infancia, exclama entre la muchedumbre. “Cúrame, Señor, para que pueda verte”. De sus ojos se desprenden como escamas y el ciego ve”. Ante el atrio de la catedral de Sevilla llevan al templo un ataúd blanco de una niña de 7 años. “Él resucitará a tu hija” gritan entre la multitud. La mira, pronuncia suavemente: “Levanta y anda”. La niña se incorpora en el ataúd y se sienta sonriente.

“Desde lejos, el gran inquisidor lo ha visto todo, ha visto cómo colocaba el féretro a sus pies, ha visto cómo resucitó la niña, y su cara se ensombrece. Arruga las cejas y señala con el dedo y ordena a sus guardas que lo detengan y que lo encierren en la cárcel del antiguo edificio del santo tribunal”. Más tarde, el Gran Inquisidor entra en la prisión y cierra la puerta tras él.

–¿Para qué has venido a molestarnos? Pues has venido a molestar y tú mismo lo sabes.

”Mañana mismo te condenaré y te quemaré en la hoguera como al peor de los herejes.

”Todo fue transmitido por ti al Papa, así que ahora todo está en poder del Papa, y harías mejor en no venir en absoluto, no nos molestes. Tú les prometiste el pan de los cielos; pero, lo repito, ¿puede ese pan compararse a los ojos del género humano, débil y eternamente vicioso y eternamente ingrato con el pan de la tierra? Pero nosotros les diremos que te obedecemos a ti e imperamos en tu nombre. Les engañaremos de nuevo, porque ya no permitiremos que vengas a nosotros”.

En todas las sedes del PSOE y de UGT cuelga un retrato de Pablo Iglesias como la cruz en las iglesias. ¿Pero siguen la doctrina de Pablo Iglesias o militan en el partido de Wall Street como los acaba de acusar Pablo Iglesias en su segundo advenimiento? ¿Quién derivó más la Iglesia romana en toda su historia o el PSOE en poco más de cien años? ¿Quién se ha desviado más: un papa renacentista sentando en el trono de San Pedro o un Felipe González sentado en el consejo de una empresa? El PSOE, para regenerarse y volver a tener credibilidad, tiene que condenar y quemar a Felipe González en Sevilla, aunque sea simbólicamente.

Sigue diciendo el gran inquisidor a Jesús; pero también podría ser cualquier militante socialista a Pablo Iglesias:

–Hace justamente ocho siglos que tomamos lo que tú rechazaste indignado, el último don que te ofrecía (el demonio) al mostrarte todos los reinos de la Tierra: tomamos el de Roma y la espada del César y nos declaramos reyes de la Tierra. Te lo repito: mañana mismo verás a ese dócil rebaño que a mi primera señal se lanzará a atizar el fuego de la hoguera en que voy a quemarte por haber venido a molestarnos. Porque si hay alguien que mereciese nuestra hoguera más que ninguno otro, ése eres tú. Mañana te quemaré.

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