El gran hospital
Mi nombre es María Jesús García García. Esto no les dirá nada pues sólo soy una asturiana mas; pero precisamente por mi condición de asturiana deseo expresar mi opinión sobre el nuevo hospital: se habla de los miles de metros que tiene, los grandes y modernos aparatos de que dispone, etcétera. Pero yo quiero añadir algo más que casi nunca se toca ni leemos en los periódicos. Y es “sus grandes profesionales”. Yo los supongo a todos, pero en concreto quiero nombrar a dos y dedicarles este humilde escrito: el neurocirujano doctor López y el oncólogo doctor Viéitez, profesionales y personas (a esto último su carrera no los obliga); que cuando las cosas se ponen difíciles e irreversibles, pesa tanto lo uno como lo otro.
Ellos trataron a mi pobre hermano Jesús García de Avilés, con una grave y rara enfermedad llamada “Ependimoma en cauda equina” que soportó doce años de mal vivir y al final en seis meses falleció con 46 años y grandes sufrimientos. Fueron largas operaciones y duros tratamientos; pero “ellos”, con sus palabras, su buen trato personal, le daban una confianza que a él, a pesar de todo, lo hacía sentirse totalmente seguro en sus manos.
Recuerdo que el doctor López siempre le decía: “Jesús, tienes mucha mili” porque fumaba algún cigarrillo a escondidas y eso a él lo llenaba.
Nosotras, sus hermanas y su esposa, pasábamos el día detrás de ellos queriendo saber cosas, pensando que hacíamos lo mejor, y hoy me doy cuenta de que éramos unas pesadas en grado máximo. Pero ellos, con santa paciencia, nos soportaban y entendían.
Me hubiese gustado darles las gracias en persona y en nombre de mi querido hermano, pero la grave depresión que aún arrastro no me lo permite: no tengo fuerzas, pero a la vez tengo miedo de que, si dejo pasar más tiempo, con tantos casos que pasan por sus manos, no lo recuerden; y creo que aún estoy a tiempo y se acordarán de él, así como sé que a él también le gustaría transmitirles públicamente su agradecimiento.
El hospital es muy grande, es cierto, pero mucho más grandes son sus profesionales. A éstos no hay metro que pueda medirlos, yo doy fe de ello: profesionales y además personas, que a mi humilde entender significa doblemente profesional.
¡Qué grande es el nuevo hospital!
Más grandes son las personas que lo componen.
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