Pesadilla en un centro mental
Era sobre las once de la noche del lunes cuando recibimos una llamada de ese centro, donde mi hermana llevaba interna unos meses, debido a sus problemas mentales, entre ellos por tentativa de suicidio. Todos los psiquiatras que la atendieron dijeron que allí iba a estar bien, controlada, que tenía múltiples terapias ocupacionales para ella; pero esa fatídica noche nos hizo ver que nada es así, que quizás el tratamiento que estaba recibiendo no era el correcto y lo que sí está claro es que la seguridad de ese centro no es ni siquiera digna para enfermos mentales.
Sabemos que cierran las habitaciones con llave todas las noches, pero ¿de qué sirve, si en esa llamada nos dicen que mi hermana se acaba de tirar desde la ventana de su habitación, en un tercer piso? Una ventana sin verja, sin llave, sin ninguna seguridad... lo ideal para alguien que ya tiene varias tentativas de suicidio.
Hoy, mi hermana, de 21 años, se debate entre la vida y la muerte en el hospital, y esta carta es para que sepa que estamos con ella, que sé que saldrá del coma y que espero que no le pase esto a nadie más; ni en ese centro ni en ningún otro.
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