Huelga de hambre en León

Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores.Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles. (Bertolt Brecht)

Este martes día 15, Ramiro Pinto Cañón, iniciaba en la Dirección Provincial del Ministerio de Empleo y Seguridad Social de León, una huelga de hambre, para denunciar la agresión permanente a los desempleados.

Cuenta Ramiro que cobra una prestación de Renta de Inserción Activa y debido a una situación familiar grave, tuvo que viajar, siendo convocado en esos días mediante mensaje telefónico de un número oculto, de manera que no pudo contestar el mensaje. Posteriormente recibió una carta en la que se le advertía que le quitarían la prestación por no haber acudido a la convocatoria, no sirvió de nada el recurso que hizo, ya que el pasado día 10 de Julio vio reducida la prestación a 269,80 euros en lugar de los 426 que le correspondían. Esta es la lucha del Gobierno contra la corrupción y de la que tan orgullosos se sienten, y la gota que colmó el vaso de la paciencia de Ramiro, que quiere denunciar con su acción la política contra los desempleados que ejerce el gobierno, que lejos de luchar contra el desempleo, criminaliza a uno de los colectivos más vulnerables de la sociedad, por el mero hecho de estar sin trabajo.

Quiere Ramiro llamar la atención de una sociedad, que en gran medida se muestra mansa y esquiva hacia las injusticias que a todos nos afectan. Quiere Ramiro remover las conciencia de los millones de parados de este país, que prefieren esconder vergonzosamente su situación antes de salir a la calle a luchar por sus derechos. Pretende Ramiro, una reacción colectiva cuyo objetivo es establecer la supervivencia como un derecho inalienable.

Se empeñan el gobierno de Mariano Rajoy y sus voceros mediáticos en hacernos creer que estamos saliendo de la crisis, sin embargo lo único que consiguen es insultar nuestra inteligencia. Sabemos que hoy tener empleo no garantiza cubrir unas mínimas necesidades para subsistir, como constató Cáritas recientemente; por su parte Unicef denunció que más de 2.300.000 niños viven por debajo del umbral de la pobreza en España. Sabemos que la mayoría de los parados de este país no cobra prestaciones por desempleo, como también sabemos que desde que empezó la crisis hay una transferencia de rentas de pobres a ricos, lo que hace a estos más ricos y a los pobres más pobres, por lo que difícilmente podemos seguir hablando de crisis, y si de un modelo económico agresivo que no puede garantizar pleno empleo, a la vez que es agresivo y violento con los más débiles, como pone en evidencia Ramiro.

Conocí a Ramiro Pinto en León durante las marchas de la dignidad, etapa en la que se unió a nosotros para continuar hasta Madrid, hasta ese momento no había decidió hacer la marcha por miedo a no estar a la altura física que requería la empresa, poseedor de un cuerpo crecido y voluminoso, temía no poder arrastrar por las tierras de Castilla tanta humanidad como en él encierra, sin embargo a todos nos impresionó su voluntad infranqueable para hacer frente a la tarea. A lo largo de cientos de kilómetros de áspera carretera, fuimos descubriendo en Ramiro a un gran conversador y atento interlocutor. Se nos fue revelando el pionero del ecologismo leones y activista contra el pantano de Riaño, durante toda la marcha portó con él una bufanda símbolo de esa lucha, el cubrecuello con el que los últimos resistentes encaramados en los tejados de las casas del pueblo se pasaban la comida.

Ramiro Pinto es autor de más de un centenar de obras, unas 50 publicadas. Autor y hombre de teatro, ha escrito poesía, narrativa, cuentos, y ensayos. En su última visita a Asturias, invitado a una charla-coloquio por la organización PODEMOS de Gijón durante la semana negra, además de traerme un ejemplar de Palavras contra el balium, revista cultural, para la que me había pedido un artículo sobre música folk, me obsequió con uno de sus ensayos más emblemáticos, Los fundamentos de la renta básica y la perestroika del capitalismo, que como indica el autor es una teoría alternativa sobre economía política en la sociedad tecnológica y del bienestar, un voluminoso tratado económico, en el que argumenta la necesidad de una Renta básica de ciudadanía, como alternativa a la falta de empleo en una sociedad cada vez más tecnológica y que requiere de menos mano de obra. El ejemplar me lo dedicó: A Santi, compañero de fatigas. Él y yo sabemos que las fatigas no son las que pasamos camino de Madrid, esas se llevaron bien, son las que aún nos quedan por pasar. El camino que estamos recorriendo es duro, es el camino de la justicia social, contra un régimen que todos los días deja muertos en las cunetas. Ellos tienen en exclusividad la violencia, las armas, la fuerza de los decretos, el control de la información y el gobierno del miedo. Nuestra es la razón, pero con ella sola, no basta, por eso la lucha, la acción, para que el miedo cambie de bando. Ramiro ha iniciado una de las acciones más peligrosas que se pueden llevar a cabo en este combate, la huelga de hambre, aunque se salga victorioso de ella, los perjuicios son muchos y siempre deja secuelas no deseables. Creo hablar en nombre de todos los compañeros del 22M de Asturias, si digo que si pudiera convencer a Ramiro de que abandone la huelga de hambre, lo haría, pero nos guste o no, es una decisión personal y meditada, lo único que podemos hacer nosotros es llevarle nuestras palabras de aliento, de solidaridad, hacerle sentir que no está solo, no dejar que esta lucha caiga en el olvido y confiar en que acabe pronto y satisfactoriamente a poder ser, porque el mundo que estamos construyendo necesita de Ramiro.