Justicia arbitraria
Si alguien debiera mantener coherencia absoluta en su comportamiento profesional, serian nuestros jueces y Tribunales de Justicia; pero viendo y comparando sus sentencias, se observa que el individuo a juzgar está en desventaja fragante cuando su clase social es menor; por el contrario cuando la persona imputada es de la casta política, o tiene relación directa con algún poder del estado o factico, están como casi protegidos por quienes debieran meterlos en la cárcel. Tienen con éstos últimos los Jueces, Fiscales y Tribunales una especie de cuidado y tacto sibilino, cargando de eufemismos los sumarios, que tal parece que rebuscan en la causa recovecos para escabullirlos en cientos de folios del código penal, al que debieran ir directos, sin tapujos, sin admitir demoras, incomparecencias, desimputaciones, interferencias, presiones, recusaciones, etc. que solo consiguen alargar la causa de estos poderosos presuntos corruptos, un juego practicado con asiduidad por la defensa de estos sujetos más allá de lo que sería admisible o razonable. Y si fuera poco esto, cuando la pena ridícula les viene, les quedan sus amigos del gobierno para indultarlos. Es todo tan fuera de lugar, que uno siente vergüenza ajena. Los Jueces justos, debieran denunciar estas incongruencias para no devaluar su profesión a límites como los actuales.
Al ciudadano de la calle, le juzgan en un santiamén, con tanta crueldad y crudeza como la que vimos estos días sobre Carmen y Carlos, jóvenes que por participar en un piquete de huelga y decir al dueño de un bar que bajara la persiana y cerrara el negocio cantando chapa y se acaba los meten en la cárcel 3 años y un día. Sin embargo no hace falta recordar a nadie la cantidad de golfos que campan a sus anchas por el panorama nacional, corruptos y acompañantes que no los denunciaron y consintieron todo, que dejaron cajas, bancos, empresas, ayuntamientos, comunidades, partidos, sindicatos, diputaciones, etc. en quiebra absoluta. Desfalcos que ahora debemos pagar entre todos, repercutiendo en pérdidas de derechos de todo tipo, empobreciéndonos hasta límites jamás entendibles, donde esos mismos golfos que se llevaron millones de euros antes, tenemos que verlos pasearse con indemnizaciones o jubilaciones que ellos mismos se marcaron también millonarias, sin que nadie les requise esas cantidades. Al mismo tiempo que hemos tenido que rescatar esas cajas o administraciones, ellos siguen desahuciando y dejando en la calle a ancianos y niños, o se apropian de los ahorros en las preferentes de miles de ancianos ¿Eso es Justicia amigos fiscales? Por qué no ponen enmienda inmediata, y direccionan su cargo a la defensa de los intereses generales y no tal como parece al de unos pocos amiguetes. Como pueden salir airosos estos sujetos, y permitir que los jueces que los juzgan se les aparte del caso por esos recovecos que antes decía, donde al final son castigados Garzón antes que los Gürtel y Silva antes que los de Caja Madrid y Bankia. Es todo tan anormalmente interpretable, que por muy legal jurídicamente que quisieran ustedes señores magistrados hacérnoslo comprender, no logramos encajar nada de su comportamiento, creo serían capaces ustedes de meternos en la cárcel antes a cualquiera de nosotros por poner en duda su profesionalidad, que a esos mangantes del poder que les temen y les reducen a la mínima expresión en su responsabilidad a la hora de actuar y decidir.
¿Explíquenos señores magistrados de nuestra Justicia para todos, las sentencias ridículas del caso Malaya? Donde los millones corrían en sacas de basura, debajo de la cama e ingresos diarios de miles de euros sin justificación alguna que quedaron casi impunes. ¿Hagan lo mismo con las controversias entre el Juez instructor y Fiscal en el caso de la Infanta? ¿Qué pueden decir de las grabaciones de amiguitos del alma que se quedaron en nada, allá por Valencia donde no queda hueco para más corruptos? También pueden decirnos algo si no se meten en demasiados problemas, sobre la sede de Génova, allí donde al parecer se repartían sobres como churros, pagaban en negro hasta la rehabilitación del edificio, donde los tesoreros les salían rana, y según esos papeles también hay dinero de empresarios atrocho y mocho. Podríamos estar hasta el año que viene preguntándoles por qué no están estos casos juzgados ¡ya! y otros que tal parece que no lo estarán jamás.
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