El mercado de la miseria
Días pasados me llamó la atención un mercadillo organizado en la plaza de Porlier, de Oviedo, donde se vendían objetos y ropa de todo tipo, de segunda, tercera o quién sabe cuántas manos.
Pero lo más curioso es que todo estaba organizado por una formación política que ahora pretende alzarse como un paladín de la libertad y la democracia. Una formación que propone el control público de los medios de comunicación, al mejor estilo bolivariano y que, según ellos, sería para “garantizar la libertad de prensa”.
¿Alguien puede dudar de las intenciones de estos iluminados que serían los únicos en utilizarlos?
Treintañeros que no han conocido otra cosa que la Universidad pública, que jamás han trabajado en la empresa privada, están presentes actualmente en el Parlamento europeo, lugar donde vive la más privilegiada clase política, y desde allí acusan a todos sus colegas de formar parte de la “casta”, cuando ellos están de lleno en ella. Estos “mesías” que se creen “libertadores” y que desean acabar con todo, menos con su chollo en el Parlamento de Europa, quieren dar lecciones de buen hacer al resto de los ciudadanos.
Pues estamos arreglados si lo que pretenden hacer es vendernos miseria a precio de saldo, como en el mercadillo.
Es de esperar que las personas de bien no se dejen embaucar por promesas al mejor estilo chavista, donde sólo viven los cuatro espabilados de turno.
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