En memoria de Silverio
Para todos los que crecimos en las pistas del Club de Tenis de Oviedo, Silverio era, más allá de un gran tenista, una de esas personas de las que te encuentras muy pocas en la vida. Educado, elegante, afectuoso pero marcando siempre la distancia justa, Silverio era de esas personas que te abrazaba sin mover un solo músculo, con un simple gesto o una mirada.
Recordaré siempre sus consejos sobre el tenis y sobre la vida, y esa impresión que te quedaba en el cuerpo después de charlar unos minutos con él.
Hoy al Club de Tenis le falta un trocito, un hueco que espero su memoria ayude a llenar.
Descansa en paz, amigo.
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