El adivino infalible
Leyendo un artículo de LA NUEVA ESPAÑA (publicado el 19 de julio) sobre los riesgos que conlleva el uso del móvil para los menores, especialmente durante el verano, no he podido evitar acordarme de un interesante vídeo que he visto hace unos meses. Sinceramente, creo que los consejos que la Policía aporta deberíamos seguirlos todos, menores y mayores de edad. Hoy en día todos tenemos tendencia a compartir nuestra vida privada en las redes sociales, y en ocasiones, de tanto exhibirla, nos podemos arrepentir, o el simple hecho nos puede sorprender. Un ejemplo que refleja esta segunda causa que he expuesto es el caso de una mujer de Missouri, que, tras colgar un retrato familiar como postal de Navidad, descubrió que se había convertido en un anuncio publicitario de una tienda de República Checa.
Debemos tener en cuenta que nuestra imagen en las redes sociales equivale a nuestra imagen pública en la vida real, a ese aspecto físico-psíquico que tratamos de cuidar, especialmente cuando estamos fuera de casa o en presencia de otras personas. Aunque aparentemente no parezcan degradar nuestra imagen, en realidad las redes sociales sí son capaces de degradarla. Somos un reflejo de lo que mostramos. Por eso debemos tener sumo cuidado con lo que publicamos, porque, una vez que subimos un archivo a la red, éste pasa rápidamente del umbral de lo privado al umbral de lo público.
Volviendo a echar la vista atrás hacia el texto, mi opinión con respecto a él es la siguiente: si enseñamos a las generaciones futuras a gestionar el uso de las nuevas tecnologías de forma correcta, podemos, en un futuro, crear unas generaciones más cautas y respetuosas, tanto cuando estamos conectados como cuando estamos desconectados.
El vídeo que he visto trata precisamente sobre este tema, y me gustaría recomendárselo a todos. Lo pueden encontrar en YouTube, si buscan "El secreto de hackers y adivinos".
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