San Esteban de Pravia y su semana grande, por alusiones
Cuando he comenzado a leer su carta, basada en la enviada por mí el 16 de julio a este periódico, lo primero que pensé fue: ¡qué bien, alguien la ha leído!, pues, como usted sabe, solamente fue publicada en LNE digital y temía que no se hubiese visto. La segunda conclusión -errónea igualmente por lo que veo- fue que usted, Iván Artaza, al que no tengo el gusto de conocer personalmente, del que nunca había oído hablar hasta ahora y escribiendo desde Londres, no tenía ninguna relación con el municipio, lo desconocía por completo y por eso me hacía esas preguntas.
Al hacer una primera búsqueda en Internet descubrí, para mi sorpresa, que usted es nacido y criado en Muros del Nalón, concejo al que pertenece San Esteban de Pravia, es decir que conoce perfectamente el pueblo al que me refiero, lo que da a entender que lo que verdaderamente le ocurre es que está en desacuerdo con la opinión que manifiesto sobre el carácter tan peculiar y el talante de sus habitantes. Opinión que es libre ya que -por fortuna- no soportamos actualmente una dictadura, ni de derechas ni de izquierdas, donde la libertad de expresión pueda verse amenazada; por lo tanto, el está de más y no debería tener cabida en la carta no es usted el que tiene que decidirlo. De igual manera he observado que en el último párrafo ha distorsionado, sacado de contexto y traído por los pelos parte de mi escrito para hacer referencia, más que a la carta a la que censura, a usted mismo y a su experiencia personal en cuanto a opiniones o críticas constructivas o no, que desconozco por completo y que tampoco me van a quitar el sueño, se lo puedo asegurar. Lo que sí me deja perpleja es que una cosa tan simple como una loa casi pastoril a un pueblo con motivo de sus fiestas, pueda suscitar tal resquemor.
No estimo pertinente explicarle lo que he dicho o lo que he querido decir en el escrito porque con su extenso currículum y teniendo como pretensión ser el Cronista Oficial del Concejo de Muros del Nalón, ya debería saber leer entre líneas. O dicho de otro modo, a buen entendedor, pocas palabras bastan, refrán contemplado en diversas obras maestras de nuestra universal literatura -El Libro de Buen Amor, La Celestina, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, La Regenta- y que además tiene su expresión en latín: intelligenti pauca; o incluso en explicación de la página web del Centro Virtual Cervantes: una persona despierta e inteligente entiende rápidamente lo que le dicen sin necesidad de entrar en detalles, basta una mera insinuación para comprender y actuar en consecuencia. Por consiguiente, no me gustaría pensar que es usted corto de entendederas que en definición del Diccionario de la Real Academia Española significa referido a entendimiento, denotando la escasez o torpeza de dicha facultad.
No obstante, déjeme decirle que no sabe cuánto lamento que le sea tan difícil digerir el que una persona que no tiene raíces en San Esteban de Pravia pueda tener ese buen concepto del lugar y lo venere tanto. De igual manera siento profundamente que sus vivencias personales hayan imprimido a sangre y fuego el carácter que se deduce al leer su carta. Y en cuanto a disparates se refiere, no sé lo que habrá en la villa del señor, la verdad, pero en la viña del Señor, por supuesto que hay de todo hasta ahí ya habíamos llegado algunos hace mucho tiempo y tuvimos ocasión de comprobarlo; el que parece que acabe de llegar es usted
Por último, y por mi parte considero que queda zanjada la cuestión porque no le voy a contestar por más que usted vuelva a escribir, le recomiendo que en lo sucesivo, si tiene algo interesante que decir o quiere escribir sobre el municipio lo haga motu proprio y no apoyándose en cartas ajenas y a su costa, costumbre esa muy fea, por cierto.
Ana Rodríguez
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