¿Universidad dinosáurica o excelente?
Subtítulo: El problema de la dispersión de ofertas de estudio
La Universidad se globaliza y crece desmedida ¿“dinosáuricamente”? según apreciaciones reiteradas de nexo sociopolítico que quieren relacionar estrictamente formación-estudios con capacidad profesional , junto con auto y local gestión de la dedicación personal. Las universidades desean la “marca de excelencia” para todas sus actividades de estudio y activados alumnos, especialmente en multiplicados derechos. La actualizada (Bolonia) y sobredimensionada Universidad (española) promociona la investigación-estudio e investigación científico-técnica como actividad irrenunciable y de plena actividad-dedicación. No explica claramente que esta ampliación de campos de estudio investigación y profesionalización lleva implícito: 1) moverse en globalidad, para observar in situ fenomenologías de estudio investigación. 2) También disponer de un espacio socioeconómico, que aporte base financiera para su desarrollo. 3) Asimismo, poder utilizar el tiempo necesario para consolidar resultados y ofertarlos al lento mercado industrializador factible.
La realización connatural bien perfecta es un “mineral cristalizado-cristal; su estudio nos dice que necesito “espacio” o medio apropiado, “tiempo” de tanteos para encontrar forma adecuada y “reposo” para consolidar cualidades. La actividad de la Universidad precisa secuencia semejante; espacio no dinosáurico, tiempo para encontrar la excelencia real que nace de la configuración de esfuerzos de “excelentes” ¿cerebros? y no menos de “activos “¿con la inteligencia-capacidad necesaria y sobre todo disposición responsable, creativa y abierta al mundo universitario-universal siempre? También requiere del reposo de la reflexión-contraste y responsabilidad frente a los deterioros que estudios sin estos valores promueven, a manera de contaminación social. La Universidad no dinosáurica y con grupos activos –más que de excelencias– adaptados al medio global universal es la que parece estar triste y con poca solidaridad social en este momento. Ciertas verdades nos hacen más libres. Adaptar el dinosaurio universitario “megalocrecido” en expectativas y adjetivar correctamente la excelencia, al menos tan de “cerebros” como de responsables activos, puede ayudar a ver la Universidad en el universo de hoy; realista en aspectos y preocupante en magnificencias que hay que afrontar como lo vino haciendo, desde hace más de cuatrocientos años, nuestra Universidad de Oviedo, de excelentes docentes y discentes aunque también con dinosáurico crecimiento en instalaciones y diversificación de ofertas de estudio profesionales, consideradas asumibles con cierta inmediatez, sin pensar en el efecto colateral global que dispersa tantas y demasiadas abiertas profesiones y extensos campos de investigación.
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